Cronografías de Sexto Julio

En cinco libros, que se nos han conservado fragmentariamente, Julio Sexto Africano (siglo III d. de C.) ha resumido toda la historia desde los orígenes del mun­do hasta el año 221, señalando curiosos sincronismos y diacronismos entre la historia milenaria del pueblo hebreo y la secular de los pueblos griego y romano. Con ello con­sigue que la raza semita alcance sobre la aria un más alto grado de nobleza por cuan­to su historia transcurre en un ritmo cí­clico y milenario en el que se reconoce el signo de la voluntad divina. Estas ideas filosemitas debían ser corrientes en la pa­tria de Sexto Julio, el cual, a pesar de su apellido, era de Emaús, en Palestina.

Sin embargo, su cultura bíblica de origen local se había perfeccionado en Alejandría, don­de Sexto Julio, en contacto con Orígenes, había aprendido el valor alegórico de la exégesis. Inspirándose en esta doble ten­dencia semítico-nacionalista y bíblico-alegórica, divide la época del mundo en seis milenios, de los que transcurrieron exacta­mente cinco y medio antes de la venida de Jesucristo, nacido justamente en el año 5500. El ciclo total del mundo debía representarse como una semana cuyos días du­rasen mil años. Esta obra, importante para el sincretismo de los elementos hebraicos y helenístico-romanos, señaló una etapa de la historia universal, y, si bien es como una continuación de obras cronográficas grie­gas, como el Marmopario y la Crónica de Apolodoro, fue ante todo la fuente de la obra ulterior Historia Eclesiástica de Euse­bio de Cesarea (v.) y de sus continuadores.

F. Della Corte