Impresiones de Teatro, Jules Lemaitre

[Impressions de théâtre]. Es una colección en nueve vo­lúmenes de artículos de crítica teatral pu­blicados por Jules Lemaitre (1853-1914) en varios periódicos y recogidos y editados luego entre 1888-1898. La colección es im­portante como repertorio de la producción dramática francesa y extranjera de la se­gunda mitad del siglo XIX y como documentarlo general de la vida del teatro fran­cés. Encontramos en ella el eco de los gran­des éxitos y de las apasionadas discusiones sobre el teatro romántico, el realista, el tea­tro libre; son examinadas con brío pari­siense las obras de Dumas, de Sardou, de Bisen, de Lave dan, de De Carel, de Portoriche, de Courteline, y las sacadas de las novelas de Zola, de Dostoievski y de mu­chos otros, ilustres o menos conocidos; algu­nos artículos en cada serie están dedicados a los «vaudevilles», a las revistas, a los bai­les, y hasta a un célebre circo; se presentan también las figuras de conocidos artistas («El adiós de Coquelin mayor», etc.), El autor sobresale en el arte, completamente francés de decir cosas serias en tono ligero; críticas sobre métodos didácticos, observa­ciones morales inesperadas, puntos de vista sociales, están desparramados, rebosantes de gracia y a veces de una ironía señorial, en las crónicas de representaciones destina­das a la juventud escolar, de celebraciones oficiales de clásicos, de estrenos discutidos; la crítica contraria es siempre cortés, los resúmenes claros, la pureza y la eficacia de la lengua y del estilo, el seguro, amplio conocimiento literario, la altura intelectual del autor, quitan a estos artículos lo caduco de la improvisación periodística y les con­fieren la dignidad de estudios literarios.

B. Treves

Los Humoristas Ingleses del Siglo Decimoctavo, William Makepeace Thackeray

[The English Humorists of the Eighteenth Century]. Conferen­cias de William Makepeace Thackeray (1811- 1863), pronunciadas en Londres en 1851 y en América hacia finales de 1852 y prin­cipios de 1853, y publicadas en 1853. Es una serie de retratos de literatos ingleses del siglo XVIII, por el que demuestra el autor, a través de su obra, un vivo interés (v. La historia de Enrique Esmond, Los Virginianos, Los «cuatro Jorges»). Por algunos de estos escritores, como Goldsmith, Steele, Addison y Fielding, Thackeray no oculta su abierta simpatía; mientras que por otros, como Swift y Sterne, a menudo se deja influir, en sus juicios, por una particular aversión moralis­ta. También otros humoristas aparecen en su volumen: Congreve, Smollett, Gay, Hogarth y Pope, demostrando por este último una viva admiración. El autor no ha llevado a cabo en esta obra estudios críticos sobre los distintos escritores, sino que ha retratado sus personalidades tal como se perfilan a través de sus obras. A menudo consideraciones ajenas a la literatura nublan su juicio, sosteni­do, cuando es límpido, por una gran segu­ridad. Un lugar de honor, en esta serie de ensayos, reserva al escritor que tuvo tanta influencia sobre su formación literaria, Henry Fielding, considerado por él como uno de los mayores escritores de la literatura inglesa. Sin embargo, expresa sobre la personalidad moral de Fielding un juicio que ha suscitado fuertes disentimientos en la crítica moderna, que lo considera de seve­ridad excesiva y fundamentada sobre moti­vos poco convincentes.

S. Rosati

Huang Ch’ing Ching Chien, Yüan Yüan

[Comen­tarios a los Clásicos producidos bajo la dinastía Ching]. Grandiosa colección de tra­bajos de crítica, exégesis, etc., de los libros canónicos de la China, compilada por un grupo de literatos y publicada no por las autoridades imperiales, sino a expensas de Yüan Yüan (1764-1843), gobernador del Kuang-tung y del Kuang-hsi. Consta de 1400 libros, en los cuales han sido acogidos, después de riguroso examen crítico y con eventuales complementos, 180 comentarios de los clásicos.

Por el nombre del Hsüeh Hai T’ang, donde, en Cantón, fue compilada, se titula también Hsüeh Hai T’ang Ching Chieh [Comentarios a las Clásicos de H. H. T.]. Bajo el reinado del emperador Kuang Hsü (1875-1908), Wang Hsien-Ch’ien publicó (1888) un Huang Ch’ing Ching Chieh Hsü P’ien (Suplemento al Huang Ch’ing Ching Chieh), que añadía a la colección otros 209 comentarios. Recientemente se ha publi­cado también un Huang Ch’ing Ching Chieh Chen Hsü P’ien Mu, índice general, muy útil, de las dos obras más arriba citadas. La dinastía Ching (1644-1912) se distinguió por su protección a las investigaciones filológicas llevadas a cabo con extremada escrupulosi­dad de investigación y agudeza crítica in­terpretativa. Recordaremos aquí, entre los principales comentaristas, a Mao-Chi-ling (o Mao Hsi-ho, muerto en 1707), que escri­bió unos ochenta volúmenes, muchos de los cuales están recogidos en los Comentarios. Como crítico, puede comparársele a Cheng Hsüan (127-200) y a Chu Hsi (1130-1200), sus ilustres predecesores, que figuran entre los más grandes literatos que ha tenido China; como pensador inicia el movimiento de reacción contra el neoconfucionismo y se erige, por eso, en tenaz adversario de Chu Hsi, a quien llama, con desprecio, «mulo ciego».

P. Siao-sci-yi

Hojas del Sábado, Miguel de los Santos Oliver y Tolrá

Trabajos de críti­ca literaria e histórica, del periodista, poeta y escritor mallorquín Miguel de los Santos Oliver y Tolrá (1864-1926). En total integran los siguientes libros: 1) De Mallorca, 1918; 2) Revisiones y centenarios, 1919; 3) La he­rencia de Rousseau, 1919; 4) Comentarios de política y patriotismo, 1919; 5) Historias de los tiempos terribles, 1920; 6) Algunos ensayos, 1920. La actitud literaria de Oliver es semejante, en cierta manera, a la de Maragall y de los grandes maestros de la literatura y de la historiografía catalana; como ellos, fue Oliver un orientador y un definidor de un momento de la cultura lite­raria de Cataluña y abrió, para ella, nuevos horizontes intelectuales. Incluso su bilin­güismo responde a una idea semejante a la del gran poeta Maragall y a la del gran maestro de la investigación, Rubio i Lluch. Oliver — como afirma Estelrich — recoge la rica herencia de la Mallorca de Quadrado y de Aguiló y la universaliza en sus ensa­yos, artículos, obras históricas, etc. De él ha dicho un crítico: «Sí se nos permitiera una imagen absurda, pero representativa, diría­mos que Oliver es el periodista modelo de una academia platónica del Renacimiento.» Hojas del sábado reflejan íntegramente esta rica personalidad. En ellas se contienen tra­bajos históricos, evocaciones, retratos, etc., mezclados con artículos de crítica, sobre autores clásicos y modernos, etc.

A. Comas

Tiene la monotonía, de la excelencia. (Alcover).

Historia Poética de Carlomagno, Gastón Paris

[Histoire poétique de Charlemagne]. Estu­dio crítico de Gastón Paris (1839-1903), pu­blicado en París en 1865. Cuarenta años más tarde Paul Meyer hizo de él una re­impresión (París, 1905), provista de notas adicionales hechas en parte sobre apuntes del autor. La obra, que constituye la base de todas las investigaciones ulteriores en el campo de la poesía épica románica, equivale a un estudio de conjunto sobre esta materia, aunque sólo se ocupe de la figura de Carlomagno (v.), de cuya vida y empresas, sobre la base de los materiales conservados en todas las literaturas (mediolatina, francesa, alemana, flamenca, es­candinava, inglesa, italiana, hispanoportuguesa), se traza el cuadro legendario ela­borado gracias a una inmensa cantidad de narraciones; cuadro o «historia poética» que es luego confrontado con la «historia histórica» del gran emperador.

Después de tres cuartos de siglo, los elementos de que dispone la filología románica que en 1865 se hallaba todavía en su gloriosa época ini­cial, son, en muchos puntos, como no podía menos de suceder, bien distintos de los que podía disponer Paris en su juventud; no está de acuerdo con el espíritu actual el colorido positivista que no podía faltar en la Historia poética de Carlomagno, cuyo programa era definido así en la introducción: «Es un estu­dio de cristianización, por así decirlo: dados ciertos datos y ciertas ideas, conociendo las leyes generales de la imaginación popular y el ambiente en que éstas obran, se tra­taba de buscar cuanto se había producido y de reconducir a una formación normal las irregularidades aparentes de los fenó­menos». Pero tal programa quedó, por for­tuna, en gran parte, limitado al tono po­sitivista ya citado, y los progresos de nues­tra erudición no impiden que el libro con­tinúe siendo todavía fundamental, gracias a la abundancia de hechos abarcados por una vista singularmente aguda, y gracias a la brillante fundamentación de las inves­tigaciones: en tanto que, gracias a la serie­dad científica que instauró en una rama de los estudios feudales hasta entonces super­ficiales y retóricos, el trabajo debe considerarse sin duda como una piedra miliar en el camino de la crítica filológica de las mo­dernas literaturas.

S. Pellegrini