Cantos Guerreros de un Granadero Prusiano Durante las Campañas de 1756 Y 1757, Johann Wilhelm Ludwig Gleim

[Preussische Kriegslieder in den Feldzugen 1756 und 1757 von einem Grenadier]. Versos bélicos de Johann Wilhelm Ludwig Gleim (1719-1803) aparecidos en 1758 con un prefacio de Lessing, ilustraciones de Johann W. Meil y me­lodías de Krause. El autor no tomó parte en estas campañas, sino en la guerra de Silesia con el príncipe Guillermo de Brandeburgo. El «granadero» hijo del pueblo, ingenuo, rudo y batallador, canta con mé­trica sencilla; cuartetos rimados, rítmicos, que se prestan a la melodía, aunque el poe­ta, introduciendo expresiones rudas del idioma común, cae a menudo en alusiones clásicas, o en la tonalidad anacreóntica de las Canciones jocosas (v.). El granadero ve en su rey, Federico II, sobre todo la parte humana y paternal y el motivo más fre­cuente es el del heroico caudillo que de­fiende al país agredido y conduce la guerra santa contra los malvados que han desatado tanto azote sobre el mundo. Está considera­do bíblicamente, como el ungido por el Se­ñor, que vence asistido por la ayuda de Dios, como se ye en el conocidísimo «Canto de victoria después de la batalla de Lowowitz del 1. ° de octubre de 1758»: « ¡Dios tro­nó y el enemigo emprendió la huida! ¡Can­tad, hermanos, alabad a Dios! ¡Federico, el amigo de los hombres, ha vencido ayudado por el Señor!», y en otro «Canto de victo­ria», antes de la batalla de Praga, el 6 de mayo de 1757: «Estamos a punto de llegar, precedidos por nuestro dios de la guerra, por el héroe, por Federico… Dios está con nosotros y nos dará la victoria sobre el enemigo que ha ocasionado esta mala gue­rra». Con su tonalidad robustamente popu­lar y con su acento de proximidad estas poesías son la mejor obra de Gleim y ex­presan su amor por el idolatrado Federi­co II, que en vano esperaba el poeta que se empeñase en fundar y consolidar una cul­tura estrictamente alemana. Sus cantos (que Goethe, irónicamente, encontraba soporta­bles) se hicieron muy pronto populares y tuvieron muchos imitadores aunque nin­guno les igualara en vigor; y Gleim puede considerarse con todos los derechos fundador de la poesía patriótica alemana.

G. Federici Ajroldi