Nombre de un «ṛṣi» o vidente hindú, la leyenda del cual se recuerda en la literatura védica (Aitareya-Brāhmaṇa, VII, 13-18).
El rey Hariscandra (v.) no tiene hijos; ante sus súplicas, el dios Varuṇa (v.) le concede uno, Rohita, pero exige que tras diez días de vida le sea sacrificado. Hariscandra obtiene con diversas astucias que el sacrificio de su hijo se aplace hasta que aquél alcance la virilidad; pero cuando le quiere sacrificar, Rohita escapa a los bosques. Varuṇa castiga al padre con una hidropesía. Rohita entonces quiere regresar, para salvarle, pero el dios Indra (v.) se lo impide. En el sexto año, mientras anda errante por los bosques, halla a un vidente atormentado por el hambre, y a sus tres hijos, uno de los cuales se llama Śunahśepa.
Rohita obtiene que el vidente le venda a Śunahśepa y con éste vuelve al palacio de Hariscandra. Entonces se llega a un acuerdo con Varuṇa, en virtud del cual Śunahśepa será sacrificado en lugar de Rohita. Śunahśepa es amarrado al poste del sacrificio, pero cada vez que invoca a los dioses, sus amarras se desatan de modo que finalmente es libertado, mientras Hariscandra recobra la salud. Esta leyenda es antiquísima y refleja fielmente un tiempo en que el sacrificio humano era admitido, sunahsepa es el tipo del brahmán piadoso, que confía en los dioses y que por ello es salvado.
A. M. Pizzagalli