Nombre dado por la tradición al hijo menor y predilecto de Atila (v.), que hubiera debido ser el héroe de la Epopeya de Csaba, última parte, proyectada pero no escrita, de la trilogía huna de János Arany (1817-1882) (v. La muerte de Buda). Después de la trágica muerte de su padre y la ruina del imperio, Csaba reúne a sus más fieles súbditos y regresa con ellos a su antigua patria oriental.
No obstante, cuando la nación húngara se ve amenazada, acude a auxiliarla; según la leyenda, la Vía Láctea sería el polvo celestial levantado por los cascos de sus caballos, y los sículos de Transilvania los descendientes de sus bravos guerreros. La figura de Csaba suscita la simpatía de que en la fantasía popular goza siempre el hijo menor, más modesto, valeroso e infeliz que sus hermanos.
Se ha convertido en la estrella de los patriotas, en un semidiós aureolado de juventud y de la gloria melancólica de los desterrados y en el héroe que hubiera podido detener la rueda del Destino. La parte del personaje simpático se halla reservada a su hermano Ellák en el drama de Kálmán Harsányi.
G. Hankiss