Hija de Crises (v.) y esclava de Agamenón (v.). La restitución de ésta a su padre, impuesta por Apolo, provoca el acto de orgullo y autoritarismo de Agamenón, y, como consecuencia, la cólera de Aquiles (v.).
Los mitos se cimentaban siempre en las primeras causas de los acontecimientos, los cuales constituían luego la armazón de todo el mito: la guerra empezaba con el rapto de Elena (v.) y acababa con la caída de Troya y la devolución de aquélla a Menelao (v.); la ira de Aquiles se iniciaba con la historia de Criseida y duraba hasta la restitución de la otra esclava, Briseida (v.).
Homero, en cambio, insinúa apenas las causas, designios divinos o pretextos particulares para que resalte mejor la misma acción en su ininterrumpido desarrollo y sus verdaderas relaciones con los personajes y para convertir, finalmente, en poesía lo que no pasaba de mito. Lo mismo que Briseida, Criseida tiene muy escasa participación en la Ilíada (v.), por cuanto no es más que un pretexto para dar a Agamenón la primera oportunidad de actuar y de hacer saber la razón fundamental de su choque con Aquiles.
Agamenón, de buenas a primeras, aparece movido no por su afecto hacia la esclava, sino por su soberbia, que se convierte en abuso de sus poderes. Así, el papel de Criseida se halla sacrificado al examen realista de las relaciones entre los personajes. La comparación entre las circunstancias que rodean la separación de cada uno de los dos adversarios de sus respectivas esclavas da a entender sus diferencias: en tanto Criseida es rescatada por su padre y se aleja sin dolor, Briseida parte de manera forzada y deja a Aquiles en el llanto. La noticia de la entrega de Criseida por Agamenón no halla eco en Homero, y únicamente se ha conservado en las obras de ciertos mitólogos.
Codino