Protagonistas del relato de igual nombre de Iván Turguenev (Ivan Sergeevič Turgenev, 1818-1883). El primero de los relatos que constituyen las Memorias de un cazador (v.).
Con Chor y Kalinich quedan fijados desde un principio, en la obra de Turguenev, los dos tipos fundamentales del campesino ruso, de los cuales todos los demás, que aparecen en sus otras narraciones o bosquejos, no son más que variaciones o ecos. Chor es el realista práctico, Kalinich el idealista soñador. En el primero, Turguenev quiso sobre todo encarnar el sentido común del pueblo ruso y su tenacidad en la lucha por la vida: Chor posee una inteligencia crítica penetrante, sabe comprender las cosas y juzgar a los hombres y sabe «ver a través» de su dueño Polutykin.
Es también hombre obstinado, amante del trabajo y de la casa, donde sabe someter a todos a su voluntad de patriarca. En general todas ellas son cualidades positivas que resultan del relato mismo, sin que por parte del autor se las ponga especialmente de relieve, como ocurre incluso con cierta amistosa inclinación de Chor por Kalinich, a quien quiere por su bondad y respeta por algunas determinadas «habilidades» como saber tratar a las abejas del buen Dios, saber detener la sangre con palabras adecuadas, y otras prácticas mágicas.
Frente a Chor, Kalinich es un carácter entusiasta y soñador, de un modo más bien peligroso para sí por cuanto no piensa en organizar su casa ni se preocupa por el porvenir, declarándose satisfecho de su situación actual. También las cualidades que le distinguen de Chor son en rigor positivas, pero en una esfera completamente distinta: blando e incapaz de rencor, afectuoso, sereno de alma e ingenuo en la expansión de sus sentimientos, Kalinich siente además un sincero amor por la Naturaleza; mientras que Chor está más ligado a la vida y a los intereses humanos, Kalinich posee una vena poética que le hace sentir y gozar la belleza del mundo y amar en éste a los animales, con los que nadie sabe portarse tan bien como él.
E. Lo Gatto