[Brigitte Pian]. Personaje de la novela La jarisea (v.) del escritor François Mauriac (n. en 1885), Premio Nobel de 1952.
Mauriac interpreta magistralmente las palpitaciones más sutiles de su personaje. Brígida Pian es «la farisea». Mauriac — el gran moralista cristiano — analiza con amor a esta mujer encerrada en su honradez farisaica, frente al paisaje triste y monótono de las Landas.
Brígida Pian — la madrastra de Louis Pian, el que nos cuenta la historia — está muy segura de sí misma. Goza intensamente en conocer el destino de las personas y en poder inclinarlo en un sentido u otro. Tiende siempre a lanzar las almas a las cumbres de la perfección. Por eso no aprueba el casamiento del pasante M. Puybaraud, a quien cree destinado al claustro.
Brígida Pian vive dedicada al espeso tejido de perfección en el que nunca se cansa de trabajar y en el que se envuelve enteramente. Es una mujer lógica. Fiel a un camino recto jalonado de principios evidentes, no da un paso sin tener conciencia de su justificación. Busca el bien de las almas y la mayor gloria de Dios para así acrecer sus méritos. Muchos sufren por su causa, por su exceso de celo y su humildad hiriente.
Pero la hora de Dios está cerca. La gracia aprovecha las fisuras más pequeñas y lucirá pronto en las tinieblas del corazón de Brígida Pian. Bajo la influencia del abate Calou — cura de Baluzac perdido en los confines de las Landas por denuncias respecto a su ortodoxia—, «la farisea» se desentiende poco a poco de sus pecados. En el atardecer de su vida siente una pasión «feliz y absoluta» por un médico de su edad. Y descubre que «no hay que merecer, que lo que importa es amar».
J. M.a Pandolfi