Personaje de dos comedias de Pierre-Augustin Carón de Beaumarchais Í1732-1799): El Barbero de Sevilla (v.) y Las bodas de Fígaro (v.) y del drama que pone fin a ambas, La madre culpable (v.).
Con el conde de Almaviva, un antiguo personaje de la antigua «commedia dell’arte», el Magnífico (v.) cierra, y no demasiado gloriosamente, su existencia. Como otros tantos predecesores suyos, Almaviva es el joven noble y rico que para lograr su amor necesita el auxilio del villano; pero, por primera vez, se ve obligado a reconocer la superioridad práctica, de cara a la vida, del plebeyo Fígaro (v.) y, para triunfar, debe ponerse a su nivel, recurriendo a disfraces plebeyos y saliéndose de su clase.
En la segunda comedia, Almaviva intentará volver a ser quien era y recobrar su antigua mentalidad conquistando a la mujer de su sirviente, pero entonces Almaviva y Fígaro, el Magnífico y Zanni (v.), se encontrarán cara a cara y Almaviva, una vez más, recibirá una lección de vida. Sin embargo, logrará salvar en lo posible su dignidad: disfrazado de estudiante y de sacerdote, cortejador de camareras y marido infiel, después de cada aventura recobra su altivez con una imperturbabilidad que desafía toda mofa.
Y cuando finalmente, en La madre culpable, le hallamos purificado por el sufrimiento y preocupado por problemas y pasiones hasta entonces ignorados por los hombres de su casta y puesto a prueba por una revolución que, más aún que en derredor suyo, se produce dentro de él, su antigua altivez le sostendrá a fin de que el Magnífico que hay en él pueda morir dignamente, dejando que en su lugar nazca el hombre nuevo.
U. Déttore