Tirano de Janina en la época en que los turcos dominaban los Balcanes, Alí Pachá de Tepelén o Tepelenlis atrajo sobre sí durante cuarenta años (1780- 1821) la atención no sólo de los pueblos balcánicos, sino de Europa entera. No es pues sorprendente que su figura haya dejado notable huella en la poesía helénica, lo mismo popular que erudita, así como en varias novelas (v. Los últimos días de los jenízaros) y obras históricas.
En unas y otras ese rudo albanés está representado con rasgos convencionales, como innata maldad, voluntad despótica, gran avidez de placeres, afición al fausto oriental, avaricia y, al mismo tiempo, prodigalidad para con sus favoritos, ilimitada crueldad, habilidad política y diplomática doblada de una extraña mezcla de bellaquería y de vileza.
Su recuerdo llena la poesía neohelénica del siglo XIX, especialmente la de las primeras décadas posteriores a 1821. Los temas preferidos son ciertos episodios, tales como la muerte de la bella «Frosini» (Kyrá Frosini), amante de su hijo Muchtad, a la que Alí, ya viejo pero infructuosamente codicioso de su belleza, mandó ahogar con otras diecisiete jóvenes griegas en el lago de Janina, la destrucción del pueblo griego de Gardiki, la lucha contra los intrépidos sulitas y finalmente el so juzgamiento de éstos por medio del engaño.
Particularmente digna de mención es Kyrá Frosini de Aristóteles Velatoritos (1824-1879), largo poema dramático en forma dialogada. Otros poemas del mismo autor tratan de otros momentos de la vida de Alí: «Atanasio Baja», «Samuel», «Katsantonis» y «Eutimio Vlakava» (v. Poesías). Alí está descrito con menos sombríos colores por su contemporáneo el turco dé Albania Secret-Chatzí, que pudo oír de su propia boca los recuerdos de su azarosa vida y los transcribió en verso, con ayuda del griego Panaiotis Triandaphillis en el poema Alipasiada, escrito en un griego entreverado de voces turcas y albanesas.
Se conservan de esta curiosa obra dos redacciones manuscritas: la primera, descubierta por Leake, comprende 4.500 versos, mientras la segunda, conservada en la Biblioteca Nacional de Atenas, tiene unos 9.000. El autor representa el punto de vista albanés acerca de la personalidad de Alí, la cual es realmente, después de Skanderbeg, la figura política y militar más importante de la Albania moderna; los escritores griegos, en cambio, recordando las crueldades que cometió contra sus compatriotas, hacen de Alí un personaje tenebroso digno del infierno de Dante.
I. M. Panajatopoulos