[Alde o Aude]. Entre los personajes femeninos del Ciclo carolingio (v.) Alda es quizás el más importante, a la vez que el que con menos frecuencia aparece; más que una mujer es una ligera sombra de mujer, discretamente presente en el fondo de un mundo guerrero. Hermana de Oliveros (v.) y prometida de Roldán (v.), la redacción más antigua del Cantar de Roldán (v.) esculpe trágicamente sus rasgos en unos pocos versos.
Roldán no parece preocuparse demasiado de ella; pertenece a una época feudal todavía ruda, precaballeresca, en la que la mujer vive de esperas, acostumbrada a no ver al hombre más que entre un regreso y una partida. Cuando el héroe muere en Ronces- valles, su pensamiento se dirige a Dios, a su rey, a su espada, pero no dedica ni siquiera un recuerdo a la doncella lejana que pacientemente le aguarda.
Alda, sin embargo, no puede resistir a la noticia de la muerte de Roldán y sucumbe al saberla, como hierática encarnación femenina de aquel mismo ideal feudal de devoción absoluta que Roldán y los suyos representan. Las versiones ulteriores del Cantar de Roldán, alejándose del espíritu original del poema, así como los textos que de él derivan, han dado a Alda y al episodio de su muerte un acento sentimental y novelesco, pero la auténtica Alda, figura perfectamente delineada e inconfundible, es la que se refleja en las breves alusiones del cantar primitivo, apasionada, digna y fiel, que, sin vanos lamentos, muere al saber que ha muerto el hombre amado.
U. Déttore