Novela del escritor norteamericano Henry James (1843- 1916), publicada en 1880. El doctor Sloper, eminente celebridad médica y rico viudo, de media edad, tiene una hija vulgar e insignificante que nunca le ha podido compensar la pérdida de su esposa y de otro hijo.
Por un sentimiento de piedad que raramente experimenta, llama junto a sí a una hermana, cuya compañía no contribuye ciertamente a cimentar las prendas intelectuales ya tan escasas de Catalina, la hija. Cuando Catalina cumple veinte años, un joven apuesto y arruinado, Morris Townsend, se pone a cortejarla, pero el doctor Sloper, que sabe lo insignificante que es su hija para poder inspirar una verdadera pasión, sospecha que el joven aspira al dinero de la joven, y hace de modo que llegue a saber que si se casa con ella, Catalina no aportará al matrimonio más que la exigua cantidad heredada de su madre. Esta certidumbre entibia mucho el amor de Morris, y el doctor Sloper lleva a su hija a Europa, más con la esperanza de que Morris la abandone durante su ausencia que con la de que Catalina pueda olvidarlo. En efecto, cuanto más intenta Morris desprenderse de ella, más la muchacha, boba y enamorada, intenta retenerlo, y sólo una franca carta de adiós del joven termina el asunto. Pasan los años, muere el doctor Sloper, y Catalina, ya vieja solterona, vive todavía con su tía en Washington Square cuando Morris Townsend, el bello enamorado de un día, vuelve al asalto.
A la tía de ella le parece romántica la aventura; pero Catalina, cuyos largos años de amargura le han dado un ingenio que nadie hubiese sospechado, con buenas palabras le pone en la puerta de la calle. Breve novela o cuento largo, esta narración está escrita de modo brillante, ágil e irónico, por más que sus personajes se adaptan demasiado al molde que el autor ha querido darles desde las primeras páginas: el doctor Sloper, siempre egoísta y sarcástico; su hija, siempre incolora; la tía, como siempre, boba y romántica, y el enamorado, siempre interesado.
C. Linati
…posee todas las cualidades de la obra de un maestro. El tema… está en perfecta relación con la estructura y el tono, con el género y con la acción, con la compenetración continua de todos sus elementos. (L. Lewisohn)