Novela costumbrista del polígrafo aragonés Braulio Foz (1791-1865), publicada en 1844. Presenta como tradicional en el Alto Aragón a su personaje Pedro Saputo, «hijo de mujer, ojos de vista clara y padre de la agudeza», cuyo sobrenombre quiere decir «sabio» o «sabido», siendo un participio fuerte dialectal.
Ya niño asombra a las gentes por su talento, que le permite aprender por sus propias luces y muy rápidamente las ciencias, las artes y los oficios. Luego viene el relato de sus aventuras por las comarcas de Huesca y el Somontano, así como sus viajes por toda España. En la biografía se introducen anécdotas amorosas de filiación romántica; análogo sentido tiene el reconocimiento de su padre, que resulta ser un caballero principal, quien ya viudo se casa con la madre de Pedro. La fama de Saputo atrae a las gentes, que acuden a consultarle y llega hasta la misma corte de Madrid, a donde va con una comisión de los vecinos dcomisiónvar, su pueblo natal. Por ello no extraña ser llamado de nuevo por el rey, y parte para un viaje del que ya no regresará; misteriosamente desaparece en el camino y deja sumidos en la mayor desolación a sus padres y a la que pronto había de ser su esposa.
La acción parece situarse en el siglo XVII, aunque el autor tiene buen cuidado de no hacer precisiones cronológicas para salvar el carácter legendario de su héroe. Foz usa un lenguaje castizo y rico, construido con arcaísmo intencionado, manteniendo en plena época romántica, con gran decoro, el tono de nuestra novela picaresca, que en este caso es además ejemplar. El léxico es magnífico, dándole singular interés el abundante empleo de vocablos aragoneses. Por otra parte, la figura de Pedro Saputo le sirve para recopilar una extensa y graciosa serie de historias y cuentecillos altoaragoneses que Foz debió recoger personalmente por aquellos pueblos.
L. Monreal