Una Casa de Soltero, Honoré de Balzac

[Un ménage de gargon]. Título definitivo de una novela de Honoré de Balzac (1799-1850), aparecida en 1842, que viene a formar parte de la tri­logía de los «Célibes». El título primitivo de la obra era La Rabouilleuse, apodo de la protagonista del relato, la hermosa Flora Brazier, aplicado por los aldeanos del lu­gar, cuando ella, harapienta muchachita huérfana y vagabunda, efectuaba, por pocos céntimos, los servicios más humildes («rabouiller», en el dialecto de aquel país signi­fica agitar el agua de los fosos para coger los peces). Ahora ha entrado, en calidad de criada-señora, en la casa de un viejo propietario rico y solterón, Juan-Jacobo Rouget, atraído por su procaz belleza, y está considerada, en el burgo de Issoudun, como su presunta heredera. Pero el personaje de mayor relieve del relato es Felipe Brideau (v.), sobrino del viejo Rouget, exoficial napoleónico arruinado por la Restauración, quien descubre un amorío de Flora con un tipo sospechoso del lugar, el capitán Gilet, que también espera el fin del viejo Rouget, inválido y próximo a la muerte; le pro­voca en duelo y le mata; luego, desemba­razado del rival, persuade a su tío a que se case con Flora «in extremis», y se casa con ella apenas ha quedado viuda, entrando así en posesión de la herencia. Riquísimo, puede reingresar en el ejército, adquirir un feudo con el título de conde. Pero en ade­lante la pobre Flora le es ya un estorbo y Brideau provoca su muerte, en un acciden­te que puede parecer fortuito. Llegada la expedición a África, el aventurero toma par­te en ella con el grado de coronel y en­cuentra la muerte en el campo de batalla, recordando en aquel momento supremo sus juveniles sueños de gloria, con la exclama­ción que se dirige a sí mismo: «¡Un coronel del Imperio!» Balzac ha querido conferir a las ambiciosas aventuras de su cruel héroe un carácter ejemplar. Brideau representa el destino de toda una generación que se había lanzado a la epopeya napoleónica dis­puesta a conquistar con peligro de su vida el porvenir más brillante y que, encontrándose de golpe envuelta por la oscuridad y la estrechez, acabó convirtiendo en despre­ocupado arribismo su energía natural. Pero Brideau sólo conservó la audacia de su heroica juventud, y su fantástica figura se convierte en el símbolo del cinismo más despiadado. [Trad. Joaquín García Bravo (Barcelona, 1901)].

M. Bonfantini

*   Émile Fabre extrajo de la novela un dra­ma en tres actos, La Rabouilleuse (1903), donde la aventura termina con la muerte del capitán Gilet y el descubrimiento de las intrigas de Flora.