[Un prétre marié]. Publicada en 1881, es la novela más original de Jules Barbey d’Aurevilly (1808- 1889). Historia atroz, para mayor contraste narrada en un salón parisiense por un caballero normando que muchos años atrás la oyó de su nodriza.
Jean Sombreval, había sido cura antes de la Revolución Francesa; luego, en París, había colgado los hábitos, entregándose por completo a la ciencia y casándose con la hija de un célebre químico maestro suyo. Ahora regresa a su pueblo natal y allí compra un antiguo castillo para transcurrir en él los últimos años de su vida junto a su hija. Pero levanta un gran escándalo entre aquellas humildes gentes, muy religiosas y supersticiosas; para ellos, seguía siendo «el abate Sombreval», un renegado; y al horror de su apostasía se añade la historia de su matrimonio: su mujer había ignorado siempre que él había sido cura y al enterarse durante el período de su preñez había recibido una impresión tan fuerte, que había muerto después de dar a luz a una niña, Caliste; ésta heredó de las angustias de su madre una neurosis incurable y un raro signo en la frente, la huella de una pequeña cruz, que ella oculta hábilmente debajo de una venda escarlata. Desde entonces Sombreval vive únicamente para su hija, a la cual adora, confiando en que llegará a curarla con su ciencia; y la hija, muy religiosa, dedica su vida a la esperanza de conducirle nuevamente hacia la fe.
En el pueblo, la superstición ha despertado el odio del vecindario y solamente el respeto a la gigantesca figura de Sombreval y la angelical caridad del párroco, confesor de la hija de aquél, pueden evitar las peores violencias. El escándalo aumenta cuando se llega a conocer que un joven noble, Néel de Néhou, conquistado por la celestial belleza de «la hija del cura», ha concebido una violenta pasión por ella, despreciando a la hija de un antiguo amigo de su padre, prometida suya desde hacía muchos años. Néel, de alma noble y caballeresca, consigue alcanzar el corazón de Caliste, pero ésta a escondidas se hizo monja y podrá amarle únicamente como a «un hermano». El joven, que no quiere renunciar, encuentra un aliado en Sombreval, que no sabe nada de los votos de su hija y que confía en que el matrimonio podría curar su enfermedad. Estos tres seres, vinculados entre ellos por el más profundo amor, se debaten en vano en una inextricable situación. Por fin Sombreval, desesperando de poder curar a su hija por otro medio, cumple para ella el mayor sacrificio; simula haber sido alcanzado por la gracia y se hace nuevamente cura. Pero su generosa mentira pronto se revela a Caliste, y la pobre enferma, no soportando el grave golpe, muere. Sombreval, que llega demasiado tarde para salvarla, en un rapto de locura, se ahoga con su cadáver en el estanque de Quesnay.
Néel, para obedecer la voluntad de la muerta, se casa con su prometida, pero en seguida se incorpora al ejército y se deja matar a los tres meses en una batalla. En esta extravagante y sombría historia, Bar- bey, católico y reaccionario, volcó todo el violento romanticismo y el exasperado sentimiento religioso de su alma, obsesionada por la idea del mal y enamorada de las lúgubres y pintorescas tradiciones de su tierra. Su estilo brillante y preciso, y al mismo tiempo encendido y minucioso, conquista la fantasía del lector con la violencia de una alucinación. Y la obra entera, incluso en el arbitrario rigor de la tragedia, encierra tanta fuerza de arte, que se impone como una de las más notables producciones del siglo XIX francés.
M. Bonfantini
Era un Walter Scott normando y bretón. (Thibaudet)