Sebastopol, León Tolstoi

[Sevastopoloskie razskazy]. Obra del gran novelista ruso León Tolstoi (Lev Nikolaevic Tolstoj, 1828-1910). publicada en 1868. Son narraciones auto­biográficas, recuerdos vivos de las expe­riencias del joven escritor que tomó parte en la defensa de Sebastopol de una manera directa en los años 1854-1855.

Según se des­prende del título de las tres narraciones: «Sebastopol en diciembre de 1854», «Sebas­topol en mayo de 1855», «Sebastopol en agosto de 1855», es lícito suponer que el escritor quería conservar en cierto sentido el recuerdo histórico de los acontecimien­tos; la narración, desarrollada de una ma­nera realista, puede servir para esta finali­dad, pero lo más notable de ella es la maestría artística con que el escritor con­sigue reproducir el espíritu que animó a los defensores de Sebastopol y al escritor mismo, el cual, en su calidad de joven ofi­cial, vivió las épicas páginas de la defensa, y sobre todo sufrió la experiencia plena de la proximidad de la muerte. El autor exalta este espíritu, pero sin idealizarlo, e incluso cuando pinta tipos no se deja llevar a ensalzarlos por sus gestas individuales, sino que los incluye en el cuadro de con­junto que es la reproducción fiel de la rea­lidad. Él mismo dice que «el héroe de su narración — al que ama con todas las fuer­zas de su alma, que ha procurado repro­ducir en toda su belleza y que siempre fue, es y será hermoso — es la verdad».

Esta verdad realista no le impide, no obstante, alejarse en ciertos momentos de la pintura objetiva y apasionada cuando da a cono­cer su opinión sobre la guerra y su actitud frente a ella. Aunque sin estar aún desarro­llada, no deja de formularse ya aquí la idea de la inconciliable contradicción en­tre la guerra y las exigencias de la moral cristiana y de la conciencia humana, que más adelante se convertirá en uno de los temas fundamentales de la madurez del es­critor. [Trad. anónima (Barcelona, 1905)].

E. Lo Gatto

Tolstoi parece mirar sin rodeos, cara a cara, el mismo mundo que todos nosotros miramos, y si sabe arrancarle mucho más que nosotros, es solamente en virtud de la fuerza directa de su genio, y no porque ante este mundo ocupe una posición dis­tinta de la nuestra.      (P. Lubbock)

En la obra de Tolstoi, prosa y poesía se funden en una amalgama a la que con­viene una sola definición: la de «realidad sentida». (Du Bos)