Esta novela del escritor alemán Theodor Fontane (1819- 1898), publicada en 1883, tiene por campo de acción el Berlín de 1806, es decir, inmediatamente después de la caída del reino prusiano por obra de Napoleón. Un exponente de patriotismo rigurosamente prusiano y antinapoleónico es el regimiento de «Gendarmes», que reúne en torno al príncipe Luis Fernando, estrella de los salones literarios de su tiempo, la flor y nata del ejército y de la sociedad berlinesa.
El capitán Schach von Wuthenow, joven y brillante oficial de aquel regimiento, forma parte del círculo íntimo del príncipe y frecuenta con sus amigos el salón de la señora de Carayon y de su hija Victoria, pertenecientes a la distinguida colonia francesa de los «Refugies», de la que provenía la familia del poeta mismo. Madame Carayon es una dama bellísima e inteligente, y su hija promete alcanzar una belleza parecida a la de la madre; pero es atacada por la viruela, que desluce irremediablemente la angélica pureza de su rostro. Las nobles dotes intelectuales y espirituales de la muchacha consiguen hacer olvidar esta tara física, y los jóvenes oficiales que frecuentan la casa continúan adorándola. Schach hace la corte a las dos damas con gran señorío, pero ambicioso y casquivano, no piensa realmente en un posible matrimonio.
Victoria, que lo ama profundamente, aunque con espíritu de sacrificio, intenta en vano provocar una aclaración entre Schach y la madre, la cual, a su vez, tampoco es insensible a los encantos del capitán. El profundo interés del príncipe Luis por la desgracia de Victoria enciende por un instante los sentimientos de Schach hacia la amiga; y una noche que la encuentra sola en casa, vencido por la emoción, pierde el dominio de sí mismo y la muchacha se entrega. Algunas semanas más tarde, mientras la joven asiste a un desfile de máscaras, se desvanece y tiene que confesar la causa a su madre. La señora de Carayon pide a Schach, que ignora las consecuencias de su acto, que legitime la situación, pero el joven, afectado por unas torpes caricaturas que se habían publicado y que le comprometen a él y a las dos señoras, se retira a sus posesiones rurales. Y sólo por intercesión del rey Federico Guillermo y de la dulce reina Luisa (la famosa pareja real está maravillosamente retratada) el oficial se ve obligado a cumplir con su deber de caballero y se casa con Victoria. La noche de su casamiento se separa con ternura de su joven esposa, con la que al día siguiente debe emprender un largo viaje por Italia; pero mientras regresa a su casa en un carruaje, se suicida: no tiene valor para afrontar la nueva vida que el destino le impone.
La novela termina con una carta de Victoria a una amiga, en la que cuenta que vive en Roma con su madre y con el fruto de aquel amor, dispuesta a convertirse al catolicismo y resignada con su destino merced a la existencia del hijo y de una superior y profunda comprensión de todas las debilidades de la naturaleza humana. La novela, bien construida y trabada, ofrece, psicológica y estilísticamente, una visión delicada de la época y de sus personajes.
C. Baseggio – E. Rossenfeld