[Las setecientas estrofas]. Colección lírica india, escrita en lengua vulgar («prákrta»), atribuida a Hala Sátaváhana, rey de las regiones meridionales de la India, cuya fecha de nacimiento y muerte no pueden determinarse con precisión. Por otra parte, Hála, más que poeta creador de las Sattasai fue probablemente el genial compilador y reordenador de las estrofas contenidas en la colección que va encabezada con su nombre. La obra, -tal como ha llegado hasta nosotros, puede presumirse que apareció entre los comienzos del siglo III y la mitad del V, y representa la más antigua colección india de lírica amorosa que nos es conocida.
Entre Las setecientas estrofas las hay que son más antiguas y más modernas, y en las numerosas recensiones (no menos de seis) en que apareció la obra, se cuentan 430 estrofas que se repiten en todas ellas, mientras las restantes muestran un gradual y lento proceso de ampliación de lo que debió ser la antología original. Si bien están escritas en lengua vulgar, las Sattasai pertenecen a la poesía artística india, y el carácter erótico de la mayor parte de los versos será el que dominará posteriormente en la famosa «centuria» sánscrita, titulada Amarusataka (v.). Sobre el fondo del tema eterno del amor aparece toda la vida del pueblo indio, que se revela en las estrofas de las Sattasai, enriquecidas con delicadas imágenes y rebosante de sentimiento. Cada una de dichas estrofas forma, como era usual, un conjunto en sí; pero, a veces, se suceden dos o tres estrofas constituyendo una unidad. La acción de las estrofas es sumamente diversa; hay alguna en que falta totalmente, y en ellas se representa poéticamente un estado de ánimo o un sentimiento, expresando lo que hay de constante e inmutable en el corazón humano.
Los suspiros de la mujer enamorada, sus anhelos, sus deseos, sus invocaciones y el lamento por la separación del amado, hallan en las Sattasai su expresión y representación, y en este sentido figura entre las más felices y espontáneas de la poesía de todos los tiempos. La delicadeza de los sentimientos y de los afectos constituye la nota predominante en toda la colección; una delicadeza que induce, por ejemplo, a una mujer — sintiéndose feliz por el retorno del consorte amado — a no adornarse para no ofender la sensibilidad de la triste vecina de su casa, cuyo marido sigue ausente. No falta alguna imagen o símil un poco crudo y que no se halla de acuerdo con nuestro gusto; así, el seno femenino que se escapa del corsé, lo hallamos parangonado a la luna que aparece entre las nubes. Encierra también abundantes descripciones de la vida familiar, de las estaciones del año, del tiempo, del mundo animal, etc.; asimismo, también contiene estrofas de carácter sentencioso. Las frecuentes citas referentes a pasajes de las Sattasai, en obras indias, sobre el arte poética, demuestran los altos méritos líricos de la colección. Parcialmente fue traducida al alemán por H. Brunnhofer (Leipzig, 1882) y por G. Meyer (Estrasburgo, 1885).
M. Vallauri