[Vér és arany). Poesías del autor húngaro Endre Ady (1878-1919), publicadas en 1908. El título encierra dos de los símbolos del yo caros al autor, que en ellos expresa su obscuro romanticismo, su irrefrenable nostalgia por la vida espléndida y el sentido de lo trágico, que’ constituye su otra cara. El factor revolucionario de su inspiración aquí se nos aparece en el plano estético y moral; pero la simbología del poeta no tiene nada de intelectual y se traduce en representaciones fantásticas y en concretos contrastes de sentimientos.
En el grupo de poesías que, por el título de una de ellas, recibe el nombre de «El pariente de la muerte» se recogen delicadísimos temblores otoñales («El otoño ha pasado por París») y visiones asombrosas («Muerte sobre ruedas»,. «Llorar, llorar, llorar»). En el ciclo «El Mesías húngaro» el poeta rechaza el concepto de «nación», y se proclama el típico húngaro, profundamente original en su humorismo melancólico y en su noble sensibilidad («¿Seré yo húngaro?»). Hasta cuando el encanto del símbolo queda más al descubierto, Ady crea figuras plásticas y pujantes, como «El maligno antepasado», «Az ós Kaján»], encarnación del demonio con su manto encarnado, de la embriaguez y de la voluptuosidad, con el que lucha desesperadamente.
La poesía que da su nombre al volumen expresa más directamente el dualismo moral del poeta, que ve el mundo gobernado por dos pasiones: el anhelo sensual y el deseo de riquezas. En el ciclo «La estatua de oro de Leda», sensualidad y deseo se espiritualizan, convirtiéndose en odio y en culto a la mujer. No faltan las notas patéticas y humanas; una compasión profunda vibra en la «Cuadrilla de los señalados», en la que los judíos son el símbolo eterno de la rebelión contra todas las persecuciones. La composición lírica «Del Êr al Océano» simboliza por fin en el curso del río patrio el destino de la poesía de Ady, que desde el recinto de su corazón corre hacia la humanidad.
P. Kardos