[Rime]. Entre los cancioneros del Renacimiento tardío mantienen un puesto digno de consideración, por ciertas características, las Rimas de Celio Magno (1536-1602) y Orsatto Giustiniano (siglos XVI-XVII), publicadas en 1600. Magno, al dedicar la obra a Zacearía Contarini, pone de relieve la pura amistad que le une al joven Giustiniano.
La colección de sus composiciones (precedida de una advertencia del impresor sobre los términos Hado, Destino y Fortuna, usados como mero ornamento retórico, sin daño para la fe católica) constituye ante todo un ejercicio literario de tipo petrarquesco, entre suspiros por el bien, anhelos de belleza y sentimientos de paz. El deseo de alcanzar fama («No tumba de pórfido») y la dulzura de la Naturaleza («No huyas, hermoso pajarito») representan el elemento más amable y seguro de la vida. El poeta persigue las cosas más simples y sencillas; sobre todo, la amistad por un joven bondadoso («Orsatto: si a los dos, el cielo con parecida suerte») aporta a su corazón las alegrías más gentiles: a los dos artistas el Cielo les dio y también les quitó un hermano. Muchas veces el poeta juega con las imágenes, mimando a un pajarillo que, a su paso, salta por el bosque («Bello pajarillo gracioso») o suspirando por las bellezas de una mujer («Pura y cándida leche, oh bella rosa»).
No obstante, en su arte airoso y a veces incluso melifluo, de matiz arcaico, no prescinde de la nota escuetamente conmemorativa de los fastos patrióticos: por ejemplo, la lucha y la victoria sobre los turcos en Lepanto («Abrid, oh musas, las cerradas fuentes: abridlas»). A dicha colección se han unido algunas rimas de su hermano Alessandro, entre las que figuran sonetos intercambiados con determinados poetas contemporáneos. Las Rimas de Giustiniano muestran un tono de complacencia amanerada por la amistad y el amor, y resultan animadas por canciones, madrigales y sonetos. Este argumento conjunto indica de forma característica la facilidad con que los artistas, al agotarse los temas poéticos a fines del siglo XVI, tomaban cualquier elemento narrativo, casi en una confesión epistolar. De ese modo, crearon en torno a un propio sueño de belleza un modo de vida peculiar con aquellas efusiones *y excesos que se convertirán pronto en moda con el preciosismo del nuevo siglo.
C. Cordié
También Celio Magno, que estaba en posesión de un mejor arte y una mayor literatura, tanto cuando en sus canciones se deja atormentar por el pensamiento de una muerte próxima y recuerda el pasado, como cuando describe una tempestad que le sorprende navegando, o bien al llorar la muerte de su padre o alegrarse cuando desde España vuelve a su Vertecia, y así sucesivamente, en parecidos recuerdos y experiencias de vida, no alcanza nunca la belleza. (B. Croce)