Nació en Santiago de Compostela el 24 de febrero de 1837 y murió en Padrón el 13 de julio de 1885. Hija natural de Teresa de Castro Abadía, de noble familia, y de un joven que más tarde se ordenó sacerdote, pasó la infancia junto a la madre en la casa de sus antepasados, llamada «La Matanza»y situada en Padrón.
De salud precaria, y probablemente al enterarse de su condición de hija ilegítima, hacia los quince años sufrió una grave crisis que llenó de tristeza toda su delicada e intensa producción lírica posterior. Parece haber empezado a escribir versos a los once años; más tarde leyó algunas de sus composiciones en el Liceo de San Agustín, en Santiago.
Manifestó gran inclinación a la música y a la recitación dramática; ello hizo creer a algún biógrafo que su viaje a Madrid en 1856 pudiera ser debido al afán de ingresar en el teatro, aun cuando parece más propio achacarlo a ciertos trámites de una cuestión judicial familiar.
En 1857 publicó en Madrid su primer libro, La flora, que mereció una crítica encomiástica en el periódico La Iberia, debida al escritor gallego Manuel Martínez Murguía, muy conocido por sus estudios de arqueología, historia y arte, y con el cual casó en 1858.
Tras el matrimonio dedicóse a la vida doméstica y a la educación e los hijos, aun cuando sin abandonar la creación literaria.
En 1863 publica Cantares gallegos (v.) y en 1880 Follas novas, ambas producciones en su lengua vernácula; siguió a éstas la colección En las orillas del Sar (v.) Además aparecieron las novelas La hija del mar (1859) y Flavio (1863), las poesías A mi madre (1863) y Ruinas (1864), El caballero de las botas azules (1867) y El primer loco; cuento extraño (1881).
Antes de su muerte, debida a un cáncer, rogó a los hijos que quemaran sus obras, parte de las cuales, efectivamente, fueron destruidas. Sepultada en elcemenerio de Iria, junto a su madre en 1891 sus restos fueron trasladados la iglesia de Santo Domingo, en Santiago de Compostela.
M. Baquero