[Rime]. La obra poética de Gabriello Chiabrera (1552-1638) puede dividirse en varios grupos: poesías heroicas, sagradas, morales, civiles, canciones y sonetos.
La primera edición, con el título de Rimas, se publicó en Génova en 1605-1606. La última, revisada por el autor, fue la florentina de 1627. Entre las canciones de tipo pindárico es notable, y ha permanecido largo tiempo en la tradición poética italiana, la dedicada a Cintio Venenzio da Cagli, vencedor en los juegos de pelota florentinos de 1619, y que puede relacionarse por su tema con la canción leopardiana «A un vincitore nel pallone». Entre las canciones de tipo anacreóntico, graciosas por su musicalidad, merecen ser recordadas Bellas rosas purpurinas (v.) y La violetta (v.). En un grupo de sonetos el poeta exhorta a los italianos a las prístinas virtudes guerreras. Algunas canciones están dedicadas a las victorias de la marina italiana contra los turcos.
La poesía de Chiabrera, que oscila entre el heroísmo pindárico y la dulzura musical de la lírica italiana, ha sido juzgada diversamente. Por su novedad de metros, variedad de temas, seriedad de intentos, ardor de renovación del acostumbrado clasicismo, la poesía de Chiabrera ocupa un puesto notable en el período del fin del siglo XVI y principios del XVII, y se opone felizmente a lo abstruso del marinismo. Chiabrera tuvo ambiciones de jefe de escuela; y se ha hecho famosa su frase: «querer seguir a Cristóbal Colón, su coterráneo, en descubrir un mundo nuevo, o ahogarse».
E. Allodoli
Chiabrera fue el primero que volvió la poesía lírica a sus principios. (Foscolo)
Único verdaderamente pindárico. Fue atrevido, ardiente, vehemente. Por esto a veces es nobilísimo, tanto por el sentimiento como por las palabras; pero poquísimos fragmentos suyos acaban de agradar. (Leopardi)
Pero no tuvo aquel gran temperamento lírico que le supuso Leopardi… Todo ese fárrago de versos muestra en él un ingenio técnico de grandes vuelos, ejercitado en diversas maneras de virtuosismo, no el lírico que se entusiasma con su tema. (Carducci)
En tres volúmenes de poesías líricas no nos será fácil encontrar un pensamiento ni una imagen que detenga nuestra atención y, teniendo a mano temas nobles, no hay nada que nos conmueva ni eleve… Todo está hecho con molde y tirata los temas más conmovedores y actuales con la misma indiferencia que escribe de Proserpina o de Quirón. En lugar de ceñirse a su tema y escudriñar sus escondrijos, divaga por entre hechos mitológicos o generalizaciones retóricas y resulta disperso y frío. (De Sanctis)