Rey Horn

[King Horn]. «Román» apa­recido en Inglaterra en la primera mitad del siglo XIII, derivado de una primera redacción franconormanda. En la rica tierra de Sudden viven felices el rey Murry con su mujer Godhild y su hijito Horn con sus compañeros de juego: Athulf, leal y de­voto, y Fikenhild, envidioso y falso.

Cierto día aparecen en la costa unas naves sarra­cenas; los musulmanes matan al rey y raptan al pequeño Horn junto con sus com­pañeros, mientras la reina se refugia en una caverna solitaria donde vive como ermitaña. Horn y sus compañeros, abandona­dos por el emir en una barca arrastrada por las olas, desembarcan en el país de Westernesse, donde el valeroso y piadoso rey Ailmar acoge hospitalariamente al muchacho, que es confiado al viejo caballero Athelbrus. En unos años, Horn llega a ser un perfecto caballero; la hermosa Rymenhild, hija única y heredera del trono, se enamora de él y es la primera en declarar su amor. Pero Hori no quiere casarse con una mujer superior a él en rango sin haberse destacado antes en atrevidas empre­sas. Y cuando se dispone a zarpar, los sarra­cenos desembarcan para conquistar el país; Horn hace estragos entre ellos y los pone en fuga. Horn y Rymenhild están, pues, próximos a la felicidad, pero extraños pre­sentimientos los turban.

Fikenhild, el pér­fido compañero de infancia de Horn, dice al anciano rey que aquél trata de suprimirlo para apoderarse del trono; Ailmar cree en la calumnia y destierra al joven héroe de la corte. Horn se dirige a Irlanda con el falso nombre de Cuthbert y es reci­bido por el rey Thurston. Los sarracenos vuelven a invadir el país, y uno de sus jefes desafía a Horn a duelo mortal. Du­rante una breve tregua, los sarracenos pre­sentes afirman que sólo conocieron a uno que pudiese ser comparado con Horn: el rey Murry de Sudden. Horn comprende que aquéllos son los que, años atrás, in­vadieron su país y mataron a su padre; en un arrebato de furia, los extermina. Des­pués de su venganza, Horn revela su ori­gen, abandona Irlanda y vuelve a Westernesse. Allí se entera de que Rymenhild, obli­gada a casarse con el rey Modi, ha sido conducida a un castillo solitario. Horn se finge mendigo, se aproxima a su antigua prometida y se da a conocer. Después de haber matado en duelo a Modi, se casa con Rymenhild, libera a su patria de sarracenos y encuentra a su anciana madre, que había vivido siempre rezando en la caverna. Así, Horn se convierte en rey de Sudden. Pese a la atmósfera caballeresca y feudal en la que la acción se desarrolla, no es difícil advertir en el poema un núcleo de carácter netamente germanoescandinavo, que se basa en las sangrientas luchas ocurridas en Ir­landa cuando la isla tuvo que defenderse contra las invasiones de los vikingos da­neses y noruegos, en lucha entre sí. Irlanda estuvo sometida durante medio siglo al dominio noruego; hacia 850 los daneses disputaron a los noruegos la posesión de la isla, y parece ser que un vikingo danés llamado Horm fue cordialmente acogido en Irlanda como libertador y que, una vez vencidos los noruegos, se convirtió al cris­tianismo.

Los invasores sarracenos del poe­ma serían, pues, los invasores escandinavos de la historia. El motivo de la lucha del cristianismo contra los sarracenos confiere al poema de Horn un carácter místico y re­ligioso, que lo distingue del poema, más importante, de Havelok el danés (v.).

G. Fornelli