Relatos de un Cazador, Iván Turguenev

[Zapiski ochotnika]. Colección de cuentos de Iván Turguenev (Ivan Sergievic Turgenev, 1818- 1883).

El primero de ellos, «Chor y Kalinyc», fue publicado en 1847 en la revista «El con­temporáneo» [«Sovremennik»], marcando el comienzo de la verdadera e independiente actividad de Turguenev. La impresión pro­ducida por esta narración fue enorme, pero pasaron más de cinco años antes de que él, junto con otros cuentos de tema análo­go, escritos y publicados entretanto, com­pusiera el volumen con el título de Relatos de un cazador, que por primera vez utilizó la redacción del «Contemporáneo» como sub­título para «Chor y Kalinyc».

Las diversas narraciones del volumen carecen de vínculos entre sí; su unidad depende sobre todo del estado de ánimo del escritor en relación con la realidad de la vida del pueblo campesino, y seguramente por su deseo de despertar, además de la simpatía, la indignación por la grave situación de los siervos de la gle­ba. La interpretación del público fue pro­bablemente más allá de las intenciones del escritor; los Relatos de un cazador, de Tur­guenev, son sin duda alguna la más per­fecta creación artística en su género, sin rasgos idealizadores (como los que tiene, por ejemplo, la Crónica de familia, v., de S. Aksakov), y sin acentuar el sentimenta­lismo (como ocurre en las narraciones La aldea, v., y Antón Goremyka, v., de Grigoróvich), y también sin tendencias etno­gráficas, ni mucho menos sociales, como ocurre en tantas otras obras de su tiempo.

Prescindiendo de algunas consideraciones extrañas al arte (y es preciso decir también que la influencia social de los cuentos fue enorme), los Relatos de un cazador son la afirmación de un escritor auténtico, de la observación aguda y llena de vivacidad en la reproducción, con un profundo sen­timiento de la naturaleza y de su delicada belleza y poesía, siempre en armonía con el contenido del cuento. La rica galería de tipos, que comienza con Chor y Kalinyc (v.), los dos héroes de la narración prime­ra, es al mismo tiempo una prueba de la riqueza de la vida espiritual de la clase campesina rusa, que también posee cuali­dades trágicas y negativas, y de la capaci­dad del escritor para fijar los matices más diversos, las diferencias más tenues, de las que brota, justo y convincente, el cuadro en su totalidad.

E. Lo Gatto

Los Relatos de un cazador son lo mejor que Turguenev haya escrito. (Tolstoi)