Escrita en 1758 y basada en un caso judicial auténtico, está redactada en forma de memorial. Suzanne Simonin se ha visto obligada por su familia, ya sea por interés o por ser fruto de una relación adulterina de su madre, a entrar en un convento. Pero después de su noviciado se niega a tomar los votos definitivos.
Regresa a casa, más las coerciones familiares la convencen de la necesidad de entrar en el monasterio de Longchamps, donde, tras la muerte de la buena y sensata madre de Moni, Suzanne se ve maltratada por la nueva madre superiora. Entonces decide, merced al interés del abogado Manouri, apelar a la ley.
Sin embargo, pierde el proceso y es enviada a Arpajon, donde se convierte en el objeto ignorante de las delirantes y morbosas atenciones de la abadesa. A la muerte de ésta, Suzanne consigue escapar del convento y comienza a ganarse la vida como planchadora. Aquí se interrumpe la novela.