Obra del escritor español (Julio Camba n. en 1882). Es uno de los libros más amenos de este originalísimo escritor, que tiene en su haber una docena de volúmenes sobre viajes por Alemania, Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Portugal, Italia, Suiza, etc.: ágiles y breves cuadros humorísticos que revelan una mentalidad despejada, lógica y precisa.
La rana viajera (1920) contiene fragmentos que se refieren directamente a España, y decimos «directamente» porque Camba, en los otros libros, mientras simula hablar de otros países, encuentra siempre manera de dirigir indirectas a su tierra, que para él es el punto de comparación para juzgar todo cuanto observa. Camba es el español que se confiesa, que yendo por el mundo de un lado para otro dice abiertamente la verdad, no sólo de los otros países, sino también del suyo propio.
El libro que nos ocupa está dividido en nueve capítulos y el autor discurre cómo encuentra su país después de su peregrinación por las tierras extranjeras y siempre acaba diciendo lo mismo: muchos curas y muchos soldados, muchos mendigos y muchos limpiabotas, gitanos y toros, elecciones y conversaciones parlamentarias, y en el mismo café los mismos camareros, los mismos asientos, los mismos amigos. En el prólogo, como justificación del título del libro, explica que a fuerza de pretender estudiar experimentalmente el carácter de los pueblos visitados, él acaba por ser el único individuo de observación, algo así como una rana de laboratorio. El libro llega a menudo a observaciones profundas e importantes conclusiones.
C. Boselli