La Fábula de las Abejas o los Vicios Privados, Beneficios Públicos, Bernard Mandeville

[The Fable of the Bees, or Private Vices, Public Benefits]. Pequeño poema de cerca de cua­trocientos versos escritos en un inglés rudo, por el médico holandés Bernard Mandeville (1670-1733), publicado anónimo en 1705 con el título Zumbido de colmenas, o Bri­bones convertidos en hombres honrados; se reimprimió después, en 1714, con una In­vestigación sobre los orígenes de la virtud moral, que lo completa. La sátira ataca el fácil optimismo de los deístas, expresado es­pecialmente j5or Shaftesbury con su teoría del «sentido moral innato», y el convencio­nalismo que se apoya en las ideas de mo­ralidad pública.

Cuando los miembros de una colmena humana se compensaban re­cíprocamente con sus distintos y opuestos gustos, vicios y virtudes, la templanza y la sobriedad de los unos hacía posible la satisfacción de los apetitos desenfrenados y de la glotonería de los otros; el amor al lujo daba trabajo a millares de pobres; y la colmena prosperaba. Pero en cuanto un día los miembros quisieron convertirse en virtuosos y arrojar a los vicios, los artesanos que trabajaban para satisfacer las vanidades de otros: los abogados mantenidos por los litigios, los empleados de tribunales y de prisiones, todos resultaron inútiles, y la colmena hasta entonces floreciente tornóse mísera. El vicio es, pues, necesario, tanto como la virtud, para la armonía y prospe­ridad de una nación. La Investigación aban­dona decididamente la alegoría, y vuelve a la teoría de Hobbes, según la cual el hom­bre es un complejo de varias pasiones, go­bernado por la pasión que de momento prevalece; quiere que este egoísmo no se reprima, porque sólo de la afirmación de los intereses individuales resulta la com­plejidad y riqueza vital de la sociedad. La Fábula y la Investigación están impregna­das de paradojas, ora sutiles, ora especiosas y, a veces, estridentes, lo que permite al autor desencadenar los ataques más ^ vio­lentos, aun reservándose las más sólidas razones, a las que recurre cuando es necesario. Como sátira de las convenciones artificiales, vacías de moralidad, sea ^ cual fuere la ventaja para la raza, además de por los méritos literarios de estilo eficaz, de pinturas fuertes y vivaces, ha merecido hasta la aprobación de los moralistas que la han juzgado, comenzando por los con­temporáneos William Law y Joseph Butler.

G. Pioli