[La sfera]. Es un poema didáctico en octavas, atribuido unas veces a Gregorio, o Goro, de Anastasio (Stagio) Dati (1362-1435) y otras a su hermano menor, Leonardo. Fue publicado a finales del siglo XV.
En el primer libro, después de la invocación a Dios, el autor invita a la lectura «a todo corazón gentil y mente pura / que desea entender la razón / con la que se gobierna la naturaleza». Empieza exponiendo, con el estilo coloquial y claro que corresponde a los fines divulgadores del libro, los elementos fundamentales de la geografía astronómica.
Habla de la Osa, de los polos, del ecuador, del zodíaco, de los siete planetas, deteniéndose especialmente al tratar del sol, que adoraron los paganos porque reproduce, más que cualquier otra cosa, la figura de la divinidad; y de la luna, de la que recuerda los eclipses y las variaciones. Desarrolla luego la teoría de la influencia de las estrellas sobre el hombre, observando, sin embargo, que, por el libre albedrío, el alma se libra «de todas estas pasiones seguras».
En el segundo libro se añaden algunas nociones de geografía física. Se habla de los cuatro elementos y a propósito de la tierra, del infierno con sus dimensiones, de los meteoros, el océano y la marea; luego de la división del tiempo; por fin se determinan las cuatro complexiones humanas (ira, sangre, flema, melancolía) derivadas de las influencias de las estaciones y de las estrellas, insistiendo de nuevo sobre el libre albedrío y el destino celestial del hombre.
En el tercer libro se habla largamente de las cartas marinas, con las que «van por los mares mercaderes y piratas / aquéllos por ganancia y éstos por rapiña». Sigue la división del mundo habitado, «una T dentro de una O». La línea horizontal de la T delimita Asia, la vertical, que corresponde al Mar Rojo., separa África de Europa.
Hay aquí una breve descripción de Asia y sus ciudades. El cuarto libro se ocupa de África. La obra, que quedó interrumpida, la continuó Giovanni Maria dei Tolosani (1472- 1549) en el Apéndice a la Esfera y Compendio de Esfera y Máquina del mundo (1514). El poema de Dati tuvo una gran difusión en su tiempo. Nos quedan muchos ejemplares manuscritos y, a partir de finales del siglo XV, muchas ediciones impresas, cuyo valor histórico aumentan los mapas que las ilustran.
E. C. Valla