Las historias de la literatura española más importantes silencian el nombre de su autor, don Miguel de Barrios. Según se dice en una de las dedicatorias que anteceden a sus poesías, la dirigida al capitán Antonio Luis del Valle, Miguel de Barrios, capitán a su vez y probablemente — o con seguridad — de los ejércitos de Flandes, que vivió a mediados del siglo XVII, era natural de Córdoba. Su libro, hermosamente editado, con grabados alusivos a los poemas que preceden, fue impreso en Bruselas, en 1665, por el impresor y mercader de libros Baltasar Vivién. El autor se lo dedicó a don Antonio Fernández de Córdoba, Caballero de la Orden de Santiago, Gentilhombre de Su Alteza y Teniente General de la Caballería en los Estados de Flandes. Es interesante leerlo, además, por el estudio del barroco que puede hacerse con él. Integrado por «Panegíricos y canciones», «Romances», «Redondillas», «Pinturas en varias poesías», «Décimas», «Glosas», «Sátiras», «Enigmas», «Sonetos», «Quintillas», consta también de tres comedias: Pedir favor al contrario, El Canto junto al Encanto y El Español de Oran. Responde la obra al espíritu dominante de su tiempo alegórico y mitológico. No carece de gracia, ni de aciertos, hasta de belleza indudable en algunas de sus composiciones, pero, en general, justifica el gris apartamiento en que la crítica histórica lo retiene. Sin que, en honor a la verdad, lo merezca del todo, pues algunas poesías son dignas de tenerse en cuenta.
C. Conde