[Stances et poémes]. Es la primera colección de poesías líricas publicada en 1865.
En las «Estancias», que se componen de varias partes: «La vie intérieure», «Jeunes filies», «Femmes» y «Mélanges», el poeta observa con delicadeza precisa su melancolía, sus dudas, sus amores, sus irrealizables aspiraciones y nostálgicos recuerdos; entre los versos más bellos están los del «Jarrón roto» [«Le vase brisé»], que gozó de una verdadera popularidad, «Rosees» y otras poesías muy finas en que se evocan, como evanescentes figuras, las mujeres amadas o solamente soñadas.
En «Mélanges», en cambio, el pensamiento del autor se dirige hacia otros temas más generales, y con acento pesimista medita sobre las eternas manifestaciones del mundo, el sol, el aire, las estrellas, las flores, el océano o sobre la incógnita del destino humano. De la misma manera los Poémes tienen el carácter deliberadamente objetivo y especulativo, típico del segundo Prudhomme (v. Los Destinos y ciertos versos de las Soledades), por lo cual su ritmo es algo amplio y discursivo, como meditaciones versificadas de noble contenido y de idealismo profundo, aunque bastante fatigosas y no tan cerca de la verdadera poesía.
M. Zini
Son versos intensamente poéticos, no solamente por la fluidez del idioma y su melodiosidad apenas contenida, sino también por sus temas. Los sentimientos tratados por el poeta son de un matiz tan refinado y puro, que el arte más idealista no los podría superar en delicadeza y altura. (Bourget)
Evidentemente nadie es menos baudelairiano que este sabio conformista, que este burgués cerrado y prudente, que este puro racionalista. Sin embargo, al igual que Baudelaire, reaccionó contra el convencionalismo romántico. Se dirigió hacia lo interior. Fue un poeta psicológico, una especie de Jouffroy parnasiano: preciso, meticuloso, tímido e inquieto. (Thibaudet)