Poesías publicadas en 1884. Más conocida por sus versos en gallego (Cantares Gallegos, 1863; Follas novas, 1880), gracias a esta colección en lengua castellana, que pasó casi desapercibida al publicarse, Rosalía está considerada como abanderada del renacimiento de la poesía española. Renovación que afecta no sólo a los temas líricos, sino también a la forma, con audaces innovaciones métricas que sustituyen las formas tradicionales por el verso libre o alejandrino, con efectos de musicalidad y de intensidad, que sólo más tarde serán alcanzados por Rubén Darío.
Una profunda ternura domina en todo el libro y vincula esta lírica al típico sentimentalismo galaico. Melancolía de los robles talados que un día la acogieron en su sombra, y fueron la riqueza del pobre y el santo fuego del hogar («Los robles»); tristeza del alma que halla oscuridad y llanto allí donde un tiempo hubo alegría («Los unos altísimos»); dolor del emigrante que deja su tierra («Era la última noche», «Volved»); dolor de la pasión juvenil que se desata en la incomprensión y la indiferencia («Los que a través de sus lágrimas»). Y, sin embargo, esta lírica tan íntima y apasionada no tiene nada de libresco ni de literario. La poetisa se mantiene siempre en contacto con las fuentes vivas de la inspiración popular, y la autenticidad de su voz constituye uno de los encantos esenciales del libro. A. R. Ferrarin
Esta colección de poesías es tal vez la manifestación más original y más fuerte de la lírica castellana del siglo XIX. Es uno de los poquísimos poetas modernos que en España han interiorizado su inspiración. Una perfecta y llana sinceridad dicta estas rimas singulares de la poetisa gallega. Por primera vez en el período del romanticismo la voz profunda de un alma sensible surge limpia de todo gorjeo retórico, de toda inflexión afectada, de todo quejido melodramático, de toda anécdota narrativa. Como ha observado certeramente Diez Cañedo, cuando todos declamaban o cantaban, ella se atrevió sencillamente a hablar. (M. Montoliu)