[Éléments d’idéologie]. Obra filosófica francesa que había de comprender diversas partes orgánicamente desarrolladas, primero con una «Ideología propiamente dicha» («Idéologie proprement dite») en 1801 y después con la «Gramática» («Grammaire»), la «Lógica» («Logique»), el «Tratado de la voluntad y de sus efectos» («Traite de la Volonté et de ses effets») y algunos capítulos de la Moral [Morale], editados entre 1801 y 1815 y siguientes, y varias veces reeditados. El objetivo a que el autor aspiraba, con su amor a la humanidad y con el deseo del incremento de la felicidad social, era establecer los verdaderos fundamentos de la filosofía primera, o, «en otros términos, un tratado completo de los orígenes de todos nuestros conocimientos». Cuanto queda de dicho plan muestra la exigencia de una ideología (considerada como una parte de la historia natural) como base de toda ciencia; de ella deriva el saber humano, desde la gramática a la política.
Los principios de Condillac son considerados en su mayoría válidos, en cuanto se establece que las ideas provienen de las sensaciones; algunos principios en torno a particulares innovaciones (por ejemplo, sobre la movilidad) aparecen poco sólidos en el conjunto de la obra. Se da a la lógica un valor especulativo en la busca de la verdad; pero el sensualismo, que está en la base de esta enciclopedia sistemática, resulta netamente antimetafísico en los mismos esquemas racionalistas. Escasamente leído, incluso en el siglo XIX, que había de ver — especialmente gracias al materialismo y al positivismo— el reflorecimiento de muchos principios ya proclamados por el autor, este prolijo manual aparece como un trabajo fatigoso sobre datos abstractos (elaborados en análisis y síntesis fuera de toda consideración de la realidad y de los problemas históricos) y que no justifica plenamente el sentido de segura certidumbre en la propia concepción filosófica que a menudo es afirmada por el autor. Agrada siempre la convicción — de ascendencia ilustrada — de la difusión de la cultura para bien de la sociedad; es vivo el sentimiento de filantropía y de fraternidad que explica la conducta antinapoleónica de Destutt de Tracy. Las grandes alabanzas que, en sus obras, continuamente tributa Stendhal a la Ideología, han contribuido a reverdecer la fama de un autor bastante olvidado hoy día.
C. Cordié