[Der Herr Kortüm]. Novela del escultor y orfebre alemán Kurt Kluge (1886-1940), en cinco partes, las dos primeras aparecidas como relatos independientes en 1934 y en 1937; apareció completa en 1938. Kortüm es un señor anciano, imponente y extravagante hamburgués, que dio la vuelta al mundo en su juventud y ahora posee un hotel en una colina de Turingia, junto a una encrucijada ideal, en el cruce de una fantástica Vía Alta, la carretera que va de Bisceglie a Taschkent en el Pamir, recorrida por Wolfram von Eschenbach con el manuscrito de Parzival (v. Parsifal), y la vía Norte-Sur, recorrida por Goethe, que se detuvo para escribir bajo un árbol el IV acto de Ifigenia (v.).
Kortüm es un gran hotelero, magnificó cocinero, siempre lleno de invenciones y Extraños hallazgos, fantástico y tranquilo al mismo tiempo, solitario original: su historia es también la historia de su hotel, que crece de continuo con nuevas alas y construcciones, sugeridas no por consideraciones económicas, sino por impulsos tan extravagantes como poéticos. Son frecuentes las interferencias con el pueblo de Besenroda, donde florece la pequeña industria de las máscaras de cartón; vive allí el mayor amigo de Kartüm, el negociante de tejidos Monich, que es también capitán de bomberos. En torno a Kartüm va creándose lentamente una sociedad de personajes extraños: un maestro de escuela, que por amor a una actriz se hace escritor; otro, poeta y músico, amante ya de la misma actriz, quien se casa más tarde con una muchacha de Besenroda, hija de un fabricante de máscaras, vive haciendo de organista en el ‘cementerio y muere tocando el órgano; un artesano hojalatero, que entiende de arte y organiza un extraño museo sobre Kartüm; un gran pintor, profesor de la Academia, que pinta el retrato de Kartüm; un astrónomo que se ocupa de terremotos y de filosofía; toda una sociedad cinematográfica con la estrella y mujer fatal y el director gordo y activísimo, a quienes se deben muchos incidentes de la intriga de la novela; dos solteronas, hermanas de un misionero perdido en el Pamir, que dejarán su herencia a Kartüm; una joven viuda pariente de Kartüm, que se casará con un médico de marina, hijo de un viejo capitán, y creará junto con su marido un sanatorio en el hotel de Kartüm; un marinero sin hogar, cuyo pueblo quedó sumergido por un lago artificial.
La intriga es rica en acontecimientos en medio de los cuales Kartüm hace casi de «deus ex machina», capaz de instaurar lo más increíble, dominando con sus dimensiones. Hay en la novela una ligera intención alegórica (se ha visto en Kartüm el símbolo del alemán, con sus inquietudes y su sed de ideal) pero sin que se advierta .el peso del símbolo y absolutamente sin la menor alusión nacionalista : puede recordar el arte de Raabe (entre otras cosas, existe el mismo desprecio por el modernismo como fin en sí mismo), pero hay mayor ligereza de toque (es menos forzada la alegoría), un más moderno gusto del arte de narrar, y una sagacidad de escritor que resulta sorprendente en un artista que sólo en los años de la madurez se dedicó a la literatura. Esta novela es una de las poquísimas obras narrativas verdaderamente importantes publicadas en alemania entre las dos guerras.
V. M. Villa