[The Egoist]. Novela inglesa publicada en 1879. Sir Willoughby Patterne es el heredero de una noble y rica familia. Hermoso e inteligente, a los veintiún años es admirado por todos, pero es un egoísta y un presuntuoso. Pero la vanidad anima el amor de Leticia Dale, muchacha inteligente pero tímida y pobre, mientras se promete con la hermosa y rica Constanza Durham. Pero Constanza no tarda en descubrir que su prometido sólo se ama a sí mismo y le abandona por un pobre capitán de húsares. El orgullo y la vanidad del baronet sufren con este golpe. Para hacer creer al mundo que la rotura proviene de él, corteja asiduamente a Leticia, reanimando así sus esperanzas. Pero inesperadamente parte para un largo viaje y a su vuelta se promete con la hija de un hombre de ciencia, Clara Middleton. Muy pronto Clara advierte que ha cometido un error y se propone recobrar su libertad; pese a las tentativas de Willoughby, le deja para casarse con Vernon Whitford, un modesto primo suyo personificación de la antítesis de Willoughby; el egoísta consigue con dificultad el consentimiento de Leticia, en quien ya se ha extinguido toda llama de amor. El Egoísta es la novela más típica de Meredith, porque permanece por completo dentro de los límites de un profundo y cuidado estudio psicológico.
Desaparece de esta obra la precipitación de acontecimientos que caracterizaban sus novelas anteriores: la acción se reduce al mínimo, y toda la atención está basada en el estudio del alma humana, sobre el lento e implacable desenmascararse del más común y natural de los vicios. Pese a esta casi absoluta carencia de sucesos externos y la densidad de la novela, en la que cada frase está saturada de pensamiento y de reflexiones, según la tendencia cada vez más acentuada de Meredith hacia una expresión sintéticamente densa que consigue ser compacta y cargada, la atención del lector está siempre vivamente atraída por el fino arte con que el novelista denuncia y ataca al egoísmo en sus más sutiles matices.
En El Egoísta se enfrenta una vez más con el problema de la relación entre sexos, en el que, desde hacía tiempo, Meredith había abiertamente roto sus lanzas por la mujer. Junto a Willoughby ha colocado aquí la figura de Clara Middleton, una de las criaturas más perfectas de la amplia galería de retratos femeninos contenidos en sus obras. La crítica del papel representado por el hombre en la comedia de la vida se hace cada vez más aguda por el contraste que forma el protagonista con la serena muchacha, en quien a la dulzura se unen la viveza del espíritu y una energía intrépida. [Trad. de Ramón Planas (Barcelona, 1945)].
S. Rosati
Meredith no es un realista; más bien diría que es un hijo del realismo que ha roto con su padre. (Wilde)