[La Coltivazione del riso]. Composición didáctica de Giambattista Spolverini (1695-1763), publicada en 1758. Siguiendo el ejemplo del Cultivo (v.) de Alamanni (al que en su poema declara que sigue con admiración) el autor trata, en cuatro cantos en versos sueltos, de dar un brío artificioso a todo cuanto tiene relación con el precioso cereal. La parte mejor del poema es la descripción idílica y serena de amplios panoramas de la naturaleza, si bien el elemento geórgico muestra una vez más la tenacidad de la tradición virgiliana. Así, el retorno del agua al campo está contemplado con una visión llena de sentimiento: los surcos remueven hierbas, piedras y fango hasta que finalmente llegan las plantitas del arroz, para hacerlos bellos y nutrirlos hasta que «con ellos se guarezcan y tengan sombra / y con nueva beldad el campo se adorne» [«Che di loro si fa riparo ed onbra, / E di nuova beltade il campo adorna»].
Otro cuadrito lleno de vida y no carente de garbo es el de la trilla; una representación del trabajo industrioso, entre las turbas de villanos y el calor afanoso de la jornada, está muy bien dada mostrando una vez más, en un artista con frecuencia olvidado por los lectores de poesía, a un hombre, de gusto y de gentiles sentimientos y en muchos respectos inmune a los halagos de su tiempo. También en este sentido, el gran ejemplo de la musa virgiliana, después de Alamanni y Spolverini, debía de hallar un digno cantor en Arici; pero entre la variada literatura didáctica de su siglo, vigorizada por las concepciones de un arte utilitaria y social, este Cultivo sobresale por una nitidez que veinte años de lima y una asidua lectura de clásicos supieron darle, obra más bien inspirada por las musas doctas que por las ingenuas.
C. Cordié