[Des Knaben Wunderhorn]. Colección de cantos populares alemanes reunida, en colaboración, por Ludwig Achim von Arnim (1781-1831) y por Clemens Brentano (1778- 1842). Fue publicada en tres volúmenes en Heidelberg del año 1806 al 1808. No se debió a un espíritu crítico de investigación, en los dos amigos la idea de esta colección; por el contrario, quisieron ofrecer nuevamente al pueblo cantos que habían salido anónimos de su propio espíritu para llevar poesía a la vida y, por consiguiente, despertar las antiguas virtudes y volver de nuevo el pueblo a la antigua sinceridad y potencia de vida espiritual. Esta dirección estrictamente romántica era de poetas, no de críticos. La conciencia de tal misión cultural y nacional fue originariamente extraña a Brentano, preocupado, en cambio, de una manera especial, por las exigencias del arte y las necesidades de su propia alma; y nació del pathos de Arnim, con toda seguridad, como se ve en su ensayo De los cantos populares [Von Volksliedern], donde expone el programa de la obra.
En resumen, aquí él podía unir su amor por la historia pasada con el de la vida presente, los dos mayores impulsos que lo empujaron toda la vida; podía eliminar la escisión existente en toda la historia de la cultura entre pensadores y poetas por una parte, y masa del pueblo por otra. A fin de que fuese popular, Arnim quiso que el libro contuviese las canciones adecuadas para cada ocasión de la vida: las sublimes entregas del amor y las voces ingenuas de los niños, los breves cantos de los soldados y los tristes lamentos de las abandonadas; quiso mezclar a la sátira burlesca, la más pura sentimentalidad, el más áspero sarcasmo con la más dulce intimidad imaginativa. El civismo de Arnim se revela precisamente al escoger, sin limitarse al campo popular propiamente dicho (cantos populares antiguos y nuevos están mezclados sin miramientos para con la tradición del texto; también Lutero y Opitz están representados) y al elaborar el material de tradición, frente al cual fue más libre que Brentano, se reveló también como un temperamento más exigente de artista.
El éxito del Cuerno maravilloso no fue debido tan sólo al hecho de que llevaba al pueblo sus cantos; fue debido más aún a haber proporcionado motivos, inspiraciones y formas a gran parte de la lírica del Romanticismo y del siglo XIX; una influencia tan grande la tuvo tan sólo Goethe, al cual, por otra parte, le fue dedicada la colección y por el cual fue analíticamente reseñada, poesía por poesía, con una justeza de juicio crítico que aun hoy día sorprende. Toda una nueva generación de poetas se nutrió de ella: Eichendorff, Uhland, Morike, Geibel, Greif, Heine y Lenau; y, entre los no alemanes, Longfellow. Entre los prosistas, los hermanos Grimm tomaron del Cuerno maravilloso el punto de partida para sus investigaciones sobre poesía popular. También muchos músicos se inspiraron en él: entre otros, Weber, Schbert, Schumann.
A. Musa
Les falta el verdadero y puro sentimiento de la naturaleza, sin el cual no existe poesía. Parece que nunca se toman nada en serio, y cualquier cosa que hagan, tenemos la impresión de que exactamente igual podrían hacerlo de otro modo. (Tieck)