[Izza Kongresa]. Es la más interesante crónica novelada del realista romántico esloveno Ivan Tavcar (1851-1923), publicada entre 1906 y 1907. La crónica evoca el Congreso que 120 años antes había reunido, dentro de los muros de Lubiana, al Emperador de Austria, al Zar de Rusia y al rey de las Dos Sicilias, con sus pintorescos séquitos y con los diplomáticos de la Santa Alianza, al frente de los cuales se hallaba Metternich. Ante la sonrisa irónica del escritor, desfilan testas coronadas, príncipes, pueblo, cardenales, obispos, sacerdotes, sacristanes, beatas. No tiene gran importancia lo que ocurre en la escena de la pequeña capital de la derruida Iliria napoleónica, donde el hipócrita Fernando I de Borbón fue a pedir la protección de los aliados contra los «carbonarios asesinos». Tal como se lo propone, el novelista descubre lo que ocurre entre bastidores.
Los pomposos y cómicos desfiles militares, las procesiones solemnes, los banquetes y los bailes imperiales, las recepciones del príncipe Metternich «sólo para señoras», hacían volver la cabeza a los buenos lubianeses y a las bellas lubianesas. El donjuanismo diplomático de Metternich, que dejando a su esposa en Viena, lleva al Congreso a la fascinadora condesa Esterhazy, y el impetuoso ardor juvenil del conde Neri-Corsini no quisieron ser inferiores a la bárbara disipación de los oficiales del Zar. El Congreso de Lubiana fue también fatal para la excéntrica condesa Eva Luisa de Thurn, que por un beso del príncipe Neri sacrificó el amor sincero del joven conde Barbo, las esperanzas de sus ancianos padres, la felicidad, la juventud y la vida. En esta crónica, al igual que en los mejores trabajos que le fueron inspirados al autor por las luchas entre protestantes y católicos, luchas que constituyen el centro de la historia eslovena y de la vida de los campesinos, se aprecian los elementos esenciales del arte de Tavcar: romanticismo, realismo y la innata ironía que establece el equilibrio entre sueño y realidad, entre el mundo que declina y la nueva sociedad que surge.
U. Urbani