El Caballero de la Piel de Leopardo, Sciotha Russthaveli

[Vepekhis tqaosani]. Poema del autor georgiano Sciotha Russthaveli (si­glo XII). El autor, que vivió bajo el rei­nado de la soberana Thamar, cuando el po­der y la cultura de Georgia habían llegado al ápice de su grandeza, describe en este poema las costumbres, los usos, el ceremo­nial y la vida en la corte de la gran reina. La obra, que por su perfecta identificación con el ambiente histórico de aquellos tiem­pos, puede ser considerada como una epo­peya nacional de Georgia, tiene la estruc­tura del poema épico caballeresco, en el cual, a través de una sucesión de aconteci­mientos y aventuras, son exaltadas las gran­des virtudes, como la fidelidad, la amistad, el amor y la caridad. Pero sobre todo la fidelidad, y no el amor, como algunos crí­ticos han querido creer, es el móvil de este épico canto; una fidelidad que, expresada en cada uno de sus aspectos, sea hacia el amigo, hacia la mujer amada o, sobre todo, hacia el soberano, es como un testi­monio de devoción del gran poeta hacia la gran reina. El argumento del poema puede resumirse así: durante una cacería en la cual participan el rey Rostevan de Arabia, su hija Thinathin (v.), heredera del trono paterno, y Avthandil (v.), generalísimo del rey, que ama sin esperanza a la bella prin­cesa, los cazadores hallan a la orilla del río un extraño caballero cubierto con una piel de leopardo. El rey intenta en vano descubrir el secreto del desconocido: éste escapa a toda tentativa de captura matando a latigazos a sus seguidores. El rey monta en cólera. Thinathin aconseja entonces a Avthandil que vaya en busca del caballe­ro extranjero, prometiéndole a cambio su mano. El generoso caballero parte.

Largos años deberá errar por el mundo en busca del misterioso caballero, y sólo cuando, exhausto y desengañado, decide regresar a casa, le descubre a lo lejos en el desier­to. Con la ayuda de Asmat, fiel criado del desconocido, Avthandil consigue que le re­ciba el singular caballero, y le suplica que le revele su secreto. Tariel (v.), que tal es el nombre del caballero, le cuenta enton­ces su historia. Era un poderoso príncipe de la India, comandante supremo del ejér­cito del emperador. Habiendo crecido jun­to a la hija de éste, Nestan Daregian (v.), entre ambos había nacido un ardiente amor, pero lo habían mantenido en secreto, por­que Tariel temía la oposición del empera­dor. Así, cuando éste le ordena que vaya al encuentro del hijo del emperador de la China, prometido de Nestan Daregian, Ta­riel, obediente a su sentido de fidelidad al soberano, no se niega y acepta el encargo. Sin embargo, Nestan Daregian no había vis­to sino pusilanimidad en el acto de devo­ción del amado, y después de haberle hecho llamar iracunda, le recibe con ásperas e iró­nicas palabras, ofendiéndole en su honor. Impulsado por la ofensa, el ardoroso ca­ballero no duda en ir al campo del prín­cipe chino y cortarle la cabeza. Habiendo huido después de este acto; se entera de que también Daregian había desaparecido de improviso sin dejar huellas, e inmedia­tamente parte en su busca. Ahora, después de larga y vana búsqueda, sin fe ni espe­ranza, vivía en el desierto, hostil a todo y a todos. Ligados por un mismo destino, los dos caballeros se juran entonces eterna amistad, y Avthandil promete no volver al lado de su Thinathin hasta haber encon­trado a Nestan Daregian.

Va por esto a la corte del rey de Egipto, donde por Fatma, esposa de un alto funcionario del rey, se entera de que tiempo atrás dos negros ha­bían conducido a la corte a una joven, pero que ésta había desaparecido de nuevo. A continuación, Fatma, salvada de un peligro mortal por Avthandil, descubre que la jo­ven es prisionera de los duendes «Cagi». que la tienen encerrada en una fortaleza inaccesible. Llamado entonces Tariel. los dos se dirigen al buen rey Pridon y, conquistándolo para su causa, marchan con él y con trescientos de sus mejores caballeros a la conquista de la fortaleza de los «Cagi». Nestan Daregian es así salvada, y junto con Avthandil y Tariel se dirige a la corte del rey Rostevan, donde se celebran las dos bo­das. Así termina este poema, porque la es­pontaneidad de su inspiración, su alto nivel artístico y su original e independiente espí­ritu nacional, está vivo aún en el pueblo georgiano. Si en algunos fragmentos amo­rosos la obra recuerda el género erótico de Ariosto y Ovidio; si en las ideas eticofilosóficas se remite a cierto neoplatonismo, y por su clima místico y metafísico a la con­cepción filosófica oriental, aquélla tiene, sin embargo, una huella particular e inconfun­dible; la fusión del elemento oriental con el occidental, característica de la cultura georgiana, encuentra en el poema de Rus­sthaveli su máxima y- más homogénea ex­presión. Los personajes resaltan sobre este arabesco rico y colorido con gran nitidez de contornos; cada uno, dibujado con tra­zos simples y precisos, parece representar una singular virtud. Así, mientras Tariel es la fuerza que va derecha a su meta, sin re­correr caminos transversales, Avthandil, en su íntegra honestidad, no desdeña las vías más sutiles de la inteligencia para perse­guir su fin. Ambas heroínas son una repre­sentación de la reina Thamar, pero mien­tras Thinathin personifica su más exquisita virtud femenina, Nestan Daregian repre­senta su soberbia ardiente y guerrera. El libro ha sido traducido al alemán, al ruso y a otras lenguas europeas. Traducción italia­na de Scialva Beridze con el título La pelle di Leopardo (Milán, 1945).

B. Sadathierashvili