[The American]. Segunda de las grandes novelas de Henry James (1843-1916), fue escrita en París y publicada en 1877. Es ciertamente la más característica dentro de la tendencia, que James siguió durante largo tiempo, de describir figuras de americanos en contacto con el Viejo Mundo. Aquí presenta al americano Christopher Newman, hombre de agradable aspecto, de unos cuarenta años que, después de haber reunido una cuantiosa fortuna fabricando bañeras, siente de repente un desprecio inesperado por el dinero y, dejando perder la ocasión de ganar medio millón, en las narices de un competidor, emprende un viaje a Europa para aumentar su cultura y tomar estado. Como buen americano, desearía una mujer noble, por lo cual trata de ser admitido en la alta sociedad parisiense; lo consigue con ayuda de una compatriota y pronto conoce a la joven viuda del marqués de Cintré, enamorándose de ella. También Claire de Cintré se siente atraída por el americano; y se prometen. Pero el mundo de la novia está demasiado alejado y es diferente del de Christopher Newman. Es un mundo cerrado en sus prejuicios y en. sus tradiciones que nunca soportaría semejante alianza.
Los parientes de Claire emprenden una guerra sorda contra el recién llegado y tanto hacen y dicen que al fin consiguen convencerla de que renuncie a él. Por una serie de circunstancias favorables, Christopher Newman se hace con un documento que contiene un terrible secreto, secreto que, divulgado, lanzaría la vergüenza y la ruina sobre la madre y el hermano de Claire, sus enemigos más acérrimos. Podría constituir un arma para el americano, si éste, con su lealtad innata, a última hora no desdeñase emplearla. Claire, incapaz de liberarse, se hace monja carmelita. El libro, que acaba con la nota trágica de Claire, que renuncia no sólo al novio sino a la libertad y podríamos decir que a la vida, tiene páginas humorísticas cuando nos presenta la entrada del comerciante en la aristocrática familia Bellegardes, en calidad de aspirante a la mano de la hija. En contacto con el orgullo y la sordidez de aquel mundo cerrado, el buen carácter del americano lanza rayos divertidos, y con generosidad completamente plebeya renuncia a su venganza abofeteando moralmente a sus enemigos.
C. Linati
Para mí James es el mayor novelista conocido. (Howells)