Al demos de Colono, próximo a Atenas, en el bosque sagrado de las Euménides, llega Edipo anciano y ciego, bajo la guía de su hija Antígona. Salen a su encuentro varias personas: su hija Ismena, que le refiere la disputa surgida entre Eteocles y Polinices; Teseo, rey de Atenas, que acoge benévolamente a Edipo; su cuñado Creonte, que querría hacerlo volver nuevamente a Tebas; y Polinices, que anuncia su intención de pelearse con Eteocles, en vano reprendido por las hermanas.
En el trueno que estalla de repente Edipo reconoce, mientras tanto, la señal —vaticinada por el oráculo— de su muerte próxima: se adentra en el bosque con Teseo y luego de haberle confiado el secreto que salvará a Atenas de los enemigos tebanos, desaparece de forma misteriosa.