[Dva idola]. Única novela y obra la más importante del escritor y novelista servio. Fue publicada en 1851-52, en dos volúmenes. La acción se desarrolla durante los tempestuosos años de 1848-49. El protagonista, Mladen, tiene dos ídolos: su patria y una mujer. Ama a Ruza y ella le corresponde; sin embargo, ni uno ni otro se atreven a confesarse su amor. De manera que el infeliz joven se marcha por el mundo, exponiéndose a continuos peligros. En la mar, los marinos le ven tranquilo incluso durante la mayor tempestad; y siempre canta dos canciones; una serbia y la otra alemana, que le enseñó Ruza.
Pasa los Alpes, a través del San Gotardo, en medio de terribles tormentas de nieve llega a Italia; de Italia va a Argelia, donde lucha contra los beduinos y finalmente regresa a su patria en el momento en que estalla la revolución y los croatas, acaudillados por Jelacic, intervienen contra los húngaros. Mladen participa en los combates, se muestra valiente como soldado y, después de la derrota de Szent Tomas va a ver a Ruza. Pero el marido de ésta le traiciona denunciándole a los húngaros: Mladen se ve preso y condenado a muerte. Mientras le conducen a la horca dos de sus amigos, Pedro y Esteban, se encargan de matarle ellos mismos: luego le hacen enterrar por un sacerdote ortodoxo. A esta página política y nacional, narrada en el estilo romántico de la época, se enlazan las vicisitudes de Pedro y de Esteban.
Ruza es hija ilegítima de Pedro, y Esteban es una de las víctimas de las persecuciones de los húngaros. A la novela le sobran las escenas donde se presentan los atroces sufrimientos del pueblo bajo los húngaros antes de 1848 y durante la revolución. Por algún tiempo la obra fue considerada la mejor novela de la literatura serbia. Es evidente la influencia del sentimentalismo alemán y húngaro de su tiempo y cierto violento byronismo. Su valor actual es por lo tanto más bien histórico; pero Dos ídolos señala el comienzo, en Serbia, de un nuevo género literario: la novela inspirada en acontecimientos contemporáneos, que se aleja de la tradición histórica del romanticismo.
L. Salvini