Comedia en tres actos del escritor español, estrenada en el teatro de la Princesa el 30 de enero de 1912. Inspirada en una obra húngara según el autor, esta comedia trata de la llegada de un destacamento militar, al mando de su correspondiente teniente coronel, a la quinta de una dama viuda adinerada, a quien se conoce por el sobrenombre de Doña Desdenes por tantos como hizo a sus innumerables pretendientes. Entre los oficiales que hacen con su jefe una batida en pos de ciertos facinerosos que siembran el terror en la comarca, viene un capitán, Santiago Valle, que fue novio de la Isabel hoy viuda y desdeñosa para con todos los hombres.
El capitán, resentido con ella porque le dejó para casarse con otro, no quiere posar en la casa en donde, generosamente, se recibe a los militares que con toda gallardía cumplen sus deberes. Esta áspera actitud pica el amor propio de Isabel: Doña Desdenes se obstina en vencer la mala voluntad de su antiguo novio, y, por fin, entre bromas y veras, lo consigue. El capitán sigue amando a su desdeñosa novia, y ella ha sido desdeñosa con los demás — después de la viudez — esperando encontrarse con él y arreglar lo que quedó tan mal entre ambos.
La reconciliación amorosa, el discreteo de las damas que estuvieron encargadas de distraer y festejar a los oficiales, las cuchufletas de los criados, etc., dan un tono ameno a la obra. El final se sobreentiende: Santiago e Isabel se van a casar por fin, resolviendo un conflicto de amor que por ambas partes venía durando largos años. Y Doña Desdenes deja de serlo, para remediar el pasado.
C. Conde