Relación original publicada en Madrid, 1663. Se trata de una narración donde se exponen muy al vivo las lacras y vicios de la vida cortesana, con un claro propósito moralizador. En el libro, un italiano, Onofre, que llega a Madrid en una procesión de rescatados, se une a un mozuelo, Juanillo el de Provincia, pobre y desharrapado, quien se encarga, habiéndose hecho amigos, de pasearle y enseñarle Madrid. A lo largo de 18 capítulos (discursos), observan las condiciones sociales con detenimiento y agudas reflexiones.
Cada discurso se ocupa de un tema determinado. En el primero, Juanillo cuenta su vida; en los sucesivos, se tratan las costumbres de los pobres, de los amores ilícitos entre criadas y señores casados, los toros (algún crítico ha destacado el vivo color y gracia de la descripción de la fiesta), los vicios de los hombres, las cosas encontradas al pasar, los cirujanos ignorantes y los ladrones. Se critican los entierros lujosos y los pleitos inútiles, las casas de juego, la mendicidad organizada, la vida abigarrada y mendaz de las covachuelas de San Felipe, los refugios de huérfanos y desamparados, las cualidades de las mujeres, los tipos nocturnos, entre hampa y picaresca, las trampas de los taberneros, las consecuencias de la vanidad, etc. En el discurso último, el cautivo cuenta su vida.
Todo se termina con la boda de Onofre y Laura, a quien en uno de estos paseos, aquél había salvado de un incendio. A pesar del forzado tono de reconvención moral que el libro, presenta indudables bellezas. El lenguaje es vivo y plástico y se respira un anhelo de austeridad que tiene a veces grandeza. Encierra alusiones a sucesos que hoy no podemos descifrar. La exageración es notoria en muchas ocasiones, por lo que ha de considerarse con cautela el valor documental del libro. Como en tantos otros de su tiempo e intención, su realidad es altamente literaria, no estrictamente natural.
A. Zamora Vicente