Deutscher Mercur, Christoph Martin Wieland

[Mercurio ale­mán]. Revista alemana, fundada en 1773 por Christoph Martin Wieland (1733-1813). Estamos en plena revolución literaria; el «Sturm und Drang» (v.) ha iniciado ya su obra renovadora. Bajo los impulsos de la poesía de Klopstock y de la crítica de Lessing, se va delineando todo un vasto movi­miento religioso, literario y artístico, diri­gido contra los tradicionalistas, contra los imitadores de los franceses y contra las reglas impuestas por Gottsched. Se vuelve a las fuentes de la poesía nórdica con el falso Osián y con el descubrimiento de los Edda (v.); pero, entretanto, un fuerte espíritu cristiano inflama los ánimos hela­dos por el racionalismo y corrompidos por una especie de gaudentismo impersonali­zado de Wieland, al que se le declara la guerra, calificándole de «asesino de la exis­tencia». De este modo, Wieland vino a ser el blanco de aquella sociedad que había participado de su propia escuela. En 1773, mientras triunfaba el «Sturm und Drang» con el Goetz de Berlichingen (v.) de Goethe y con las ideas de Herder, el Wieland de las hojas del «Mercurio Alemán» se defen­dió con agudeza, destacando hábilmente lo mejor del movimiento, cuya exaltación en­fática mostró al iluminar con justa luz el Gótz, «bellísima muestra», como fenómeno principal de la nueva poesía. El mismo Goethe depuso las armas y confesó que Wieland había penetrado aún mejor que él mismo en su obra; se hizo entonces co­laborador de la revista y Herder le siguió. Así el «Mercurio Alemán» se adueñó de cuanto había de más fecundo en el movi­miento adversario, y se convirtió en órgano oficial del grupo que se estaba formando en Weimar, de literatos, eruditos y filólogos que enseñaban a estudiar, más que a imitar servilmente, la poesía francesa, como se ha­bía hecho hasta entonces, iniciando así una propia y verdadera asimilación de la cultu­ra extranjera. Esta revista, en la que fi­guraban correspondencias y recensiones tea­trales y literarias de todos los lugares de Europa, preparó en sentido cosmopolita al hombre europeo que luego se había de ir formando en el siglo siguiente. El «Mer­curio Alemán», al que Goethe llamó «hilo conductor de un largo período de vida li­teraria», dejó de publicarse a mediados del año 1810.

G. F. Ajroldi