Broma, Sátira, Ironía y Cosas más Profundas, Christian Dietrich Grabbe

[Scherz, Satyre, Ironie und tiefere Bedutung], Es la única comedia de Christian Dietrich Grabbe (1801-1836) y fue publicada en 1827; la primera representa­ción no tuvo lugar hasta 1907. Lo mismo que en las demás obras dramáticas del autor, también en ésta nos hallamos ante un gran revoltijo de grotescos hallazgos que se nos presentan en una serie de acciones de las que se compone la trama principal. La sátira se dirige especialmente contra la moderna literatura alemana, que Grabbe despreciaba y a la que hacía siempre blan­co de sus ironías. El principal personaje es el Diablo, escapado del Infierno, una genial creación del poeta, llena de brío, que arre­mete contra la moral burguesa y conven­cional. La idea se la inspiró probablemente a Grabbe El gato con botas (v.) de Tieck. Por lo demás la comedia es una obra com­pletamente original. El Diablo, después de su fuga, está tan aterido en la tierra (a pe­sar de que es pleno agosto) que cae como muerto. Lo recogen algunos científicos que, para mejor estudiarlo, lo llevan a la casa de la bella y gentil baronesita Liddy.

Allí el Diablo vuelve en sí, e inmediatamente se comporta con maneras muy poco elegantes.  Se sienta en el suelo, después de haber en­cendido la lumbre con los muebles precio­sos que ha roto en las espaldas de los científicos. Se hace pasar por canónigo; mientras los científicos discuten con Liddy y con el viejo maestro de escuela, genialoide y beodo, el Diablo escucha atentamente todas las conversaciones, para enterarse de los asuntos de la casa. Liddy tiene un no­vio, el barón Wernthal, hombre ávido y lleno de deudas, y dos admiradores, el du­que Mordax y el culto y fuerte señor Mollfels. El diablo encuentra a Vernthal, y al oír que éste se lamenta de sus deudas le propone comprarle a la bella Liddy; al mismo tiempo promete a Mordax procurarle a Liddy a cambio de matar a trece sastres. Ambos consienten contentos. En tanto el Diablo siente la necesidad de ir a una herrería para hacerse poner una herra­dura en un pie. El herrero, asustado, le cuenta al maestro de escuela cuanto ha visto. Y éste decide inmediatamente pre­parar al Diablo una trampa y llevarle por las ferias. Para ello prepara una jaula y como cebo le pone la Historia de mi vida (v). de Casanova, libro inmoral que no puede menos de ser del agrado del Dia­blo.

En efecto, éste pica el cebo y cae en la jaula. El maestro tiene como confidente y amigo al joven Mollfels, el otro enamora­do de Liddy. Entre tanto, Liddy se va a una casita de campo en un bosque, donde Mordax la ha atraído por consejo del Dia­blo con el fin de apropiársela después sirviéndose de una banda de ladrones. En su compañía se halla el miedoso y megaló­mano poeta Rattengift, que se revela com­pletamente inútil en las luchas que siguen, cuando Liddy se da cuenta de que ha caído en una trampa, al verse rodeada de mal­hechores. Afortunadamente, llegan Mollfels y el maestro de escuela con el Diablo en la jaula. Mollfels desbarata a los enemi­gos, y como premio podrá casarse con Liddy, disgustada de la maldad de su pro­metido Wernthal. El Diablo sale de la jaula con ayuda de su abuela, bellísima mucha­cha que aparece de improviso y le libera, para desaparecer luego bajo tierra con ob­sequiosos saludos. Todo termina felizmente. El maestro de escuela, que dirige todas sus palabras contra la literatura alemana, y que se emborracha y ha perdido por completo el terreno que pisa, es una representación tra­gicómica del futuro destino — a menudo doloroso y grotesco — del propio Grabbe, que en la época en que escribió su come­dia, sólo tenía 21 años (1822).

C. Gundolf