Bibliotheca Hispana, Nicolás Antonio

Fue redactada por Nicolás Antonio, canónigo de la Cate­dral de Sevilla, el cual nació en esta ciu­dad en 1617 y falleció en Madrid en 1684. Desde 1654 hasta 1679 residió en Roma, en donde actuaba de agente general en la corte romana para los asuntos españoles, los del reino de las Dos Sicilias y de la Inquisición. Nicolás Antonio es el padre de la bibliogra­fía española. La Bibliotheca Hispana es una obra ingente en cuatro volúmenes, dividida en dos partes: Bibliotheca Nova y Biblio­theca Vetus. Su objeto fue reseñar la vida y la obra de todos los escritores españoles desde la antigüedad hasta los tiempos del autor. Apareció primero la Bibliotheca Nova, con pie de imprenta de Roma, 1672. La Bibliotheca Vetus, que por su contenido debía preceder a la anterior, se imprimió en Roma doce años después de la muerte del autor, en 1696, a expensas del cardenal José Sáenz de Aguirre. La Bibliotheca His­pana justifica su título porque ha dado ca­bida en ella a todos los escritores de la Península, cualquiera que fuera su época, su raza, su lengua o el reino de donde fue­ran oriundos. Una bibliografía tan amplia no tenía precedentes en ninguna parte, y esto excusa, junto con la época en que se compuso, muchos de los defectos de que adolece, como son errores cronológicos, da­tos equivocados, confusión de autores, etc. Sin embargo, es indudable que Nicolás An­tonio trabajaba escrupulosamente.

Lo de­muestra un ejemplar de esta obra de la Biblioteca Nacional de Madrid, lleno de co­rrecciones autógrafas del autor, prueba de su honradez literaria y de sus propósitos de exactitud, que consiguió muchas veces. El primer tomo de la Bibliotheca Vetus tra­ta de los escritores que florecieron en la Península desde Augusto hasta el año 1000. El segundo volumen va desde esta fecha hasta 1500. La materia de estos tomos está ordenada cronológicamente, formando un todo orgánico, dividido en libros y capítu­los. Completan el segundo tomo una espe­cie de apéndice, con los escritores de fe­cha incierta, ordenados alfabéticamente por los nombres de pila, y una Bibliotheca Ará­bico-Hispana sive de scriptoribus arabidus, ordenada por el mismo sistema. Siguen frag­mentos de los falsos cronicones de Máximo y Eutrando, y un índice de materias que facilita la consulta de la obra. En los preli­minares hay que señalar una extensa in­troducción con el título De Hispanorum doctrina, Bibliothecarum utilitate et propo­sito hujus operis, en la que el autor habla de los antecesores que tuvo en su labor y hace un interesante resumen de la produc­ción literaria española, agrupada por mate­rias. Como todo erudito, Nicolás Antonio concede importancia a quienes se distinguie­ron en el estudio de las lenguas hebrea, griega y latina. La Bibliotheca Nova, en dos tomos, da noticia de los escritores que florecieron entre 1500 y la época del autor, ordenados alfabéticamente por nombres de pila.

Al final del último tomo hay adiciones a los tomos anteriores, unas noticias de es­critoras españolas y de extranjeros que han escrito en español o sobre España, índice y erratas. De las dos Bibliotecas se hizo nueva edición en Madrid. El primer volumen de la Vetus lleva pie de imprenta de Joaquín Ibarra, 1783. Los tres restantes, de la viuda de Joaquín Ibarra, 1788. Se trata de una de las más bellas ediciones de esta célebre im­prenta. La Bibliotheca Vetus fue revisada por el» erudito valenciano Francisco Pérez Báyer, bibliotecario del rey, quien corrigió algunos errores y la completó con adicio­nes al pie de las páginas. En la Bibliotheca Nova se incorporaron al texto las numero­sas adiciones y correcciones autógrafas de Nicolás Antonio, en el ejemplar de la pri­mera edición que posee la Biblioteca Na­cional de Madrid.

P. Bohigas