[Astronomy]. Tratado del astrónomo americano Charles Young (1834-1908), publicado en 1888: tuvo gran divulgación en los Estados Unidos, porque contenía los primeros esbozos de una nueva rama de la astronomía, la astrofísica. Dados los grandes y recientes progresos de la ciencia astrofísica, se hacía necesaria una revisión completa del manual de Young; revisión que ha sido hecha, con gran precisión, por tres astrónomos del observatorio de la Universidad de Prince- ton, en los Estados Unidos, universidad donde Young era profesor: H. N. Russel, R. S. Dugan y J. Q. Stewart, y ha sido publicada en 1926-27. Los autores han dividido el tratado en dos volúmenes: El sistema solar [The Solar System] y Astrofísica y astronomía estelar [Astrophysics and Stellar Astronomy], desenvolviendo en el primero de modo claro y original los conceptos de la astronomía, geometría y dinámica, y en el segundo, el análisis de la luz y los problemas astrofísicos.
En el primer volumen, a la exposición de los conceptos fundamentales de la astronomía esférica, sigue la descripción de los principales y más modernos instrumentos astronómicos. La Tierra, considerada como un cuerpo celeste, su movimiento alrededor del Sol, la Luna, el tamaño del Sol y sus apariencias directamente observadas, el fenómeno de los eclipses, forman el tema de varios capítulos. Se tratan los planetas de modo general, con los movimientos que llevan a la determinación de sus órbitas, y con sus características físicas; el capítulo décimo contiene una exposición elemental y precisa de mecánica celeste, como las leyes de Newton y de Kepler, los fenómenos de las mareas y noticias sobre la teoría de la relatividad. En los últimos capítulos, se discuten en particular los planetas del sistema solar según las más recientes observaciones dinámicas y físicas, los cometas, los meteoros y por fin la teoría moderna sobre el origen del sistema solar. El segundo volumen, comienza con el estudio de la luz por medio del análisis espectral, con prismas, retículos y otros instrumentos aptos para este fin, como los espectroscopios y los fotómetros. El espectro solar, la luz y el calor del Sol, ocupan dos capítulos, con la descripción de los fenómenos que se observan en la fotosfera, cromosfera y corona solar, con la medida de la constante solar y la deducción de la temperatura del sol. Antes de pasar al estudio físico de las estrellas, los autores tratan de las nuevas teorías atómicas y de su importancia y relación con la astrofísica, tratando de aclarar, gracias a ellas, las posibles condiciones físicas internas del sol y las estrellas y las fuentes de su gran energía.
Las estrellas se describen con sus respectivos espectros que forman la secuencia espectral basada siempre en la primera clasificación hecha de ellas por el padre Secchi, con sus tamaños visuales, fotográficos y fotoeléctricos, lo que permite determinar su brillo absoluto cuando se conoce su distancia respectiva del sistema solar. Las relaciones entre el tamaño absoluto y los espectros de las estrellas originan la división de éstas en estrellas muy grandes, llamadas gigantes, y estrellas relativamente pequeñas, llamadas enanas; con la curva de energía espectral se pueden deducir las temperaturas y hasta, en casos particulares, se puede llegar al conocimiento de los diámetros y de la densidad de las estrellas. Los varios tipos de estrellas dobles, las múltiples, las variables, las acumulaciones de estrellas y la vía Láctea, se discuten en varios capítulos. Por fin, los tres últimos tratan de las nebulosas galácticas y extragalácticas, de la constitución y de la evolución de las estrellas. En éstos, es particularmente interesante y nueva la discusión de la atmósfera estelar y de las posibles condiciones de equilibrio; de la radiación en el interior de las estrellas, de su vida desde el nacimiento a su plenitud de desarrollo con las más altas temperaturas, y de su declive hacia cuerpos oscuros. Dada la fecha de su publicación, este libro ha servido de inspiración y de guía, no sólo a los estudiantes, sino a los astrónomos de todas las categorías.
El brillante sumario hecho por los autores de las condiciones físicas en las nebulosas gaseosas, llevó, por ejemplo, poco después, al descubrimiento de que las rayas atribuidas al hipotético elemento «nebulio», pertenecen por el contrario a los átomos de oxígeno doblemente ionizados. En la segunda edición del volumen segundo, se ha puesto completamente al día el último capítulo sobre la evolución estelar, según las más modernas teorías e hipótesis, y un suplemento contiene los recientes progresos sobre la teoría atómica, sobre la rotación de la Galaxia, sobre el descubrimiento de las estrellas llamadas «supernovae» y del de la materia oscura esparcida por el cosmos, materia que se estudia por la absorción que produce en los espectros de los astros.
G. Abetti