El mito de Adapa, conservado principalmente en una redacción neo-asiria, narra que este hijo de Ea y sacerdote de su templo de Eridu se encontró cierto día en difícil situación por haber destrozado las alas del viento meridional. Había de presentarse ante el dios Anu para ser condenado y pidió consejo a su padre Ea, quien le recomendó que fuera muy cortés con los dos porteros del cielo de Anu, Tamüz y Gishzida y rechazase la comida que le darían por orden de Anu, pues se trataría de la comida de muerte, dada en castigo a su transgresión. Adapa obra según le ha aconsejado Ea. Pero, al rechazar la comida, pierde la vida eterna, porque Anu, conmovido por las buenas palabras que ambos guardianes han pronunciado en favor de Adapa, había hecho que le dieran la comida de vida, perdonándole.
G. Furlani