En el Coriolano (v.), de William Shakespeare (1564-1616), es el tipo de la austera matrona romana, orgullosa de su nombre, valerosa, pero cuya vida se encierra totalmente en su amor por su hijo Coriolano (v.), a quien ha educado en los más magnánimos sentimientos, y que ha satisfecho su ambición llegando a ser el más valeroso de los romanos.
A semejanza de su madre, Coriolano es también altanero; pero Volumnia posee una inteligencia superior, un mayor dominio de sus pasiones y la capacidad de doblegar su orgullo a las concesiones exigidas por las circunstancias. Ama a Coriolano como a la flor de su estirpe; pero en ella, madre, la voz de la estirpe es más fuerte; de modo que cuando Coriolano se revela como fuerza enemiga de Roma, en el alma de su madre estalla una heroica lucha. Y cuando Roma se dirige a ella, como a su última esperanza, suplicándole que interceda ante su hijo para que no arruine la ciudad, Volumnia acepta esa misión, a pesar de que sabe que la salvación de Roma será la perdición de su hijo. Y la última y más eficaz de sus súplicas al obstinado Coriolano identifica la maternidad con la patria: «Este hombre tuvo por madre a una volsca».
M. Praz