Reina de las hadas en El sueño de una noche de verano (v.), de William Shakespeare (1564-1616). El nombre que la tradición inglesa suele dar a la reina de las hadas es Mab, y «reina Mab» la llama también Shakespeare en un delicioso pasaje de Romeo y Julieta (v.), en el que describe su carroza (acto I, escena 4, vv. 55- 95).
Pero al trasladarla a los bosques de Atenas, Shakespeare dio a la reina de las hadas un nombre clásico, sacándolo al parecer de Ovidio, que da aquel mismo nombre, entre otras, a Diana y a Circe (v.). Mientras los antiguos comentaristas de Shakespeare pretendían establecer una ecuación Titania = Diana = Isabel (se sabe que la reina virgen era frecuentemente designada como Diana), hoy se tiende a creer que Shakespeare pensaba más bien en el epíteto de la maga Circe. En efecto, ¿qué lisonja hubiera representado para la reina hacerla cortejar a Botón (v.) con su cabeza de asno? En cambio, es posible encontrar analogías entre el episodio ovidiano de Circe y Pico, por un lado, y ciertos elementos de El sueño de una noche de verano, por otro.
Al igual que Oberón (v.), Titania está sujeta a las pasiones humanas que agitan a los dioses de Grecia: gusta de ejercer su imperio sobre cosas pequeñas, y resiste con femenina terquedad al poder de Oberón; si se enamora, vierte su ternura en dulces palabras y en delicadas atenciones, y, exactamente como sus hermanas humanas, se enamora de un asno, trasparente figuración de lo caprichoso que es el amor.
M. Praz